Xvíctor d'Hondt (1841-1901) fue un jurista belga y profesor de Derecho Civil en la Universidad de Gand e ingenió este sistema para pasar del número de votos emitidos al número de escaños que están un juego. El único requisito para que un partido pueda "jugar" consiste en lograr un porcentaje de votos mínimo por circunscripción (conjunto de electores a partir de cuyos votos se procede a la distribución de escaños). La Ley Orgánica del Régimen Electoral General establece una barrera del 3% de los votos válidos por circunscripción. Exigir esta cuota mínima de votos o asignar un mínimo común de escaños a todas las circunscripciones, como ocurre en España, impide que la Ley d'Hondt sea el sistema de representación proporcional que asegura ser. La asignación de diputados a los diferentes partidos sigue un sistema muy complejo, ya que la normativa que establece nuestra Constitución no es una simple regla de tres entre el número de votos obtenidos y el número de diputados asignados, sino que tiene en cuenta otros parámetros. Este sistema es el que usan también en países como Francia, Finlandia, Turquía o Austria. El Congreso de los Diputados y el Senado renuevan sus escaños para continuar legislando y controlando al Gobierno, dos funciones básicas del Poder Legislativo español.

Una vez contabilizados los votos válidos se ordenan por partido, de mayor a menor, en una columna las cifras de votos obtenidos por candidatura. El siguiente paso es la división del número de votos obtenido por candidatura por el número de escaños que corresponden a cada provincia. Si un partido tiene repartidos sus votos en varias circunscripciones pueda obtener menos escaños que un partido con mucho apoyo en una sola provincia, como suele ocurrir entre un partido nacional como PSOE y otro autonómico como PNV.

Los escaños se atribuyen a las candidaturas que obtengan los cocientes mayores, atendiendo a un orden decreciente.

Cuando se produzca un empate entre dos candidaturas, el escaño se dará a la formación política que haya obtenido más votos. ¿Justo o injusto?

Según la Orden de 28 de enero de 2015, de la Consejería de Hacienda y Administración Pública, los partidos que obtengan representación parlamentaria están "subvencionados" por escaño conseguido y por cada voto obtenido en concepto de "ayuda" a los gastos electorales.