Javier Soriano

Coronel de Infantería DEM en reserva

Diciembre, un mes de patronazgo militar

En la actualidad, la Armada se acoge desde 1901 a la protección de la Virgen del Carmen y el Ejército del Aire lo hace desde 1920 a la Virgen de Loreto

El próximo día 6 de diciembre se conmemorará el XLIV aniversario de nuestra Constitución, que nos está proporcionando el mayor periodo de estabilidad de nuestra historia constitucional. Pero también en este mismo mes de diciembre se celebrarán las Patronas de las Armas de Artillería e Infantería en el Ejército de Tierra y la del Ejército del Aire. Unos Patronazgos que nacieron porque, como nuestros antepasados, los militares nos apoyamos en valores y convicciones, puesto que, a pesar de los avances tecnológicos y sociales y a la mejora de las condiciones de vida, la guerra nunca cambia, y los que se ven abocados a ella, siguen sufriendo dolor, angustia y miedo, y consecuencia de ello, la necesidad de la búsqueda de una protección más allá de lo natural.

Ya en tiempos del Imperio Romano, sus Legiones se encomendaban a Marte, el Dios romano de la guerra; al declararse las guerras, los generales movían sus lanzas invocando: ¡¡Mars, vigila!!; durante la batalla y posteriormente en la victoria, ofrecían sacrificios y los templos del dios de la guerra se llenaban de armas del enemigo. Los Ejércitos no se exponían al combate sin ofrecer antes sacrificios a sus deidades.

Los militares tenemos claro que no estamos llamados a provocar la guerra, sino a prevenir contra ella, propiciando la paz; y por eso, nos preocupamos por estudiar la manera de disuadir a los que quieran provocarla; pero no somos asépticos en cuanto a valores y convicciones; un militar no ha de renunciar a ellos para cumplir con la mayor profesionalidad y vocación su misión.

En el imaginario colectivo de nuestra sociedad, siempre se ha identificado a los Ejércitos con la figura de un protector sagrado, encarnado en la mayor parte de los casos por la Madre de Dios. Esta tradición militar es una más de las arraigadas tradiciones cristianas que perduran en nuestra sociedad (Patronas y Patrones de las armas, himnos, Semana Santa, fiestas populares, Navidad, etc…); y esto, más que un deseo de algunos o causa de divergencia para otros, es un hecho asumido como legado de nuestra historia y compatible perfectamente con nuestro Estado de Derecho como Estado Aconfesional, que no Laico.

En la actualidad, la Armada se acoge desde 1901 a la protección de la Virgen del Carmen y el Ejército del Aire lo hace desde 1920 a la Virgen de Loreto; sin embargo, el Ejército de Tierra se aleja de esta línea al no contar con ningún protector específico, y donde cada Arma o Cuerpo tienen el suyo propio. En las Armas, Infantería se acoge desde 1892 a la protección de Nuestra Señora la Inmaculada Concepción (Patrona de nuestra Nación), Caballería lo hace desde 1846 a su Patrón el Apóstol Santiago, Artillería a su Patrona Santa Bárbara (que este año cumple el V Centenario de su Patronazgo) e Ingenieros desde 1805 a su Patrón San Fernando. En los Cuerpos, la mayor parte de ellos se acogen al Patronazgo de alguna de las Armas, aunque algunos mantienen uno específico como el caso de Intendencia, acogido desde 1915 a Santa Teresa de Jesús o el de Especialistas que lo hace desde 2000 a San Juan Bosco.

Pero aun cuando en general el Patronazgo en los Ejércitos se oficializa a partir del siglo XIX mediante Reales Decretos y Órdenes, viene de muy antiguo y podríamos remontarnos a la batalla de Clavijo (La Rioja), en el año 844, cuando las tropas del Rey Ramiro I de Asturias se enfrentaron a las de Abderramán II, en la que cuentan las leyendas que Ramiro I tuvo un sueño en el que se le aparecía el Apóstol Santiago. Leyenda o no, su victoria convirtió al Apóstol en símbolo de combate que se ha mantenido a lo largo de siglos.

Desde la invocación a Santiago Apóstol en la citada batalla de Clavijo, pasando por un 7 de diciembre de 1585 en Empel (Flandes), cuando un Soldado del Tercio del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla descubriera una tabla flamenca de vivos colores con la imagen dibujada de la Inmaculada Concepción, y que diera lugar al día siguiente a la victoria conocida como "el milagro de Empel", hasta el 7 de marzo de 2012 en Afganistán, cuando el Caballero Legionario Iván Castro Canovaca, del Tercio Juan de Austria III de La Legión, sobreviviese a un disparo mortal portando un "detente-bala" con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en su pecho, más de un milenio de tradición que este mes de diciembre recordaremos los Artilleros (el 4), los Infantes (el 8) y los Aviadores (el 10), rindiendo homenaje a nuestras respectivas Patronas, y recordando a cuantos nos precedieron.

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