Esto es un desastre. Hasta ahora, los europeos de sur éramos culpables de desidia, de vagancia, de corrupción y hasta de los desastres naturales que nos asolan de vez en cuando. Y un día nos levantamos con la noticia de que también hay desastres naturales en Alemania. ¡En Alemania! ¡El ejemplo de eficacia, eficiencia, organización y honestidad política y empresarial! Ya nos llevamos una "ligera" decepción con el caso Volkswagen, cuando se dedicaron a falsear todos los datos de la contaminación de sus motores. Y ahora nos han dado la puntilla: viendo unas fotos del territorio del suroeste alemán antes y después de la inundación, resulta que los barrios destruidos estaban ubicados en medio de los meandros del Ahr, un afluente del Rin, y en un extenso territorio llano como la palma de la mano; la enorme masa de agua no ha tenido obstáculos para ocuparlo y colmatarlo. Es decir, que los alemanes han hecho lo mismo que nosotros cuando hemos edificado y puesto cultivos, hoteles y chaleses en barrancos, torrenteras y desembocaduras. Que lo hemos hecho, es cierto, y lo seguimos haciendo, pero es un consuelo comprobar que en todas partes cuecen habas (en Alemania, coles) y que los ineficaces, ineficientes, desorganizados y deshonestos latinos y sureños en general, lo somos tanto como ellos. O ellos como nosotros. Al decir desastres naturales parece que se justifica lo que pasa en estos casos, porque no vamos a descubrir ahora que la naturaleza es imbarajable e incontrolable. Y que las lluvias descargan donde les sale de las nubes. Pero ya casi todos estamos de acuerdo en que la hemos puesto peor con las emisiones de carbono y otros contaminantes masivos. Y encima le ponemos las cosas fáciles con actuaciones "urbanísticas" como las que estamos comentando. Lo más grave es que, según muchos científicos, hemos cruzado ya el punto de no retorno, en cuyo caso no sabemos si merece la pena quejarse, hacer llamamientos a la autoridades, o despertar la conciencia de los contaminadores poderosos. Ya lo decía José Mota: "Si hay que ir se va, pero ir pa ná…" Lo que pasa es que a estas horas y ya terminando los dos mil caracteres del artículo, no nos vamos a poner a buscar otro tema. Así que, váyanse a la playa a tomar los baños. Pero pónganse un buen repello de crema protectora porque Lorenzo está arreando y la capa de ozono protege poco.

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