La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

¿Dimisión en Marbella?

Aunque no haya delinquido ni sea cómplice, la alcaldesa Muñoz está en entredicho y no debería aspirar a la reelección

La posición de la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz (PP), ha quedado en entredicho. El PSOE ha solicitado que el Senado -la alcaldesa es senadora electa- investigue su patrimonio, a raíz de que ampliase su declaración de bienes ante la Cámara Alta hasta alcanzar una cifra muy sustanciosa, incluso para una veterana profesional de la medicina dedicada en exclusiva a la política desde hace muchos años.

Tití Muñoz nunca ha sido investigada por la Audiencia Nacional ni la Fiscalía Antidroga, de modo que no existen procedimientos judiciales que la vinculen con la corrupción. A ella no, pero sí a su familia. Está viva y activa una causa contra su hijastro, Joakim Broberg, por presuntos delitos de narcotráfico y blanqueo, y suspendida para su marido, Lars Broberg, por el delicado estado de salud de éste.

A la alcaldesa no se le puede achacar, pues, ningún comportamiento delictivo. Sin embargo, su figura política sale inevitablemente deteriorada por su cercanía al presunto crimen organizado. No hay connivencia, pero sí convivencia. En las actuaciones policiales sobre el caso se evidencia que el tal hijastro, detenido en Brasil y extraditado a España, presumía de tener cierto control sobre el Ayuntamiento marbellí, se jactaba de disponer del plan urbanístico local antes ser aprobado por el pleno y recibía información procedente de la base de datos municipal facilitada por un Policía Local, según confesión del agente. No consta que la regidora desmintiese con contundencia estas expresiones ni frenara en seco a su locuaz y activo pariente. Que es lo que le correspondía hacer para no verse manchada por tan singular compañía. Singular por lo tóxica.

Ángeles Muñoz debe ser suspendida como candidata a la alcaldía de Marbella. hasta que ofrezca una explicación satisfactoria acerca de las actividades de sus familiares. Porque, aunque personalmente no haya delinquido ni sea cómplice de nada, los hechos la han colocado políticamente en falta y estéticamente no es presentable una candidata asociada de alguna manera por la realidad con el tráfico de drogas y el blanqueo de dinero (recuerden el clásico: Nulla ética sine estética). Y por la propia dimensión de los delitos que se persiguen y porque el caso afecta a la octava o novena ciudad de Andalucía. No es un tirón de bolso en una aldea perdida.

Respuesta de Antonio Sanz: más robaron los de los ERE. Como siempre.

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