Utopías posibles

Divide y perderás

La conexión entre las etapas de educación obligatoria, la universidad y la investigación debe ser total.

El reparto del trabajo suele ser interesante. Distribuir responsabilidades y funciones puede resultar muy eficiente y cercano a las necesidades reales del trabajo que se trate. Sin embargo, cuando hay un objetivo común, la coordinación debe ser muy estrecha, la confianza debe ser plena y se ha de estar dispuesto a echar muchas horas dialogando, estableciendo tiempos y espacios para la colaboración, cediendo a veces, siendo flexibles…

Con el nuevo gobierno se han dividido vicepresidencias y ministerios hasta un punto insospechado. Los mal pensados creemos que es una estrategia de Sánchez para atender las peticiones de sus socios de gobierno, pero a la vez minimizar su representación y su voto en el consejo de ministros. Los bien pensados dirán que es una manera de ser mucho más eficientes, y que la colaboración va a ser muy estrecha.

El hecho de que se hayan dividido los ministerios de educación, universidades y ciencia no es lo más idóneo para atender las sangrantes necesidades que existen en el sistema educativo, ni tampoco el déficit de producción científica y apuesta por la innovación que venimos arrastrando.

La conexión entre las etapas de educación obligatoria, la universidad y la investigación debe ser total. Desde el ámbito educativo, llevamos décadas reclamando que cambien los planes de estudios de magisterio, el acceso a la función docente e incluso la preparación didáctica que se da al alumnado de una buena cantidad de grados, ya sea a través del actual máster, o mediante otras fórmulas. Un buen número de distinta titulación terminan impartiendo docencia en la enseñanza obligatoria o pre-universitaria. O se plantea un cambio radical en la formación del profesorado, o nada cambiará. También necesitamos una auténtica carrera docente en primaria y secundaria, que debe ir ligada al mundo universitario. No podemos ser reinos de taifas, independientes y aislados.

Ojalá sirva esta división para que realmente se profundice en las necesidades de cada ámbito, y luego se haga un trabajo conjunto de verdad, pero si ya es difícil coordinar un centro educativo de tamaño medio o grande, tanto más es hacerlo entre tres ministerios, con tres organigramas, en tres lugares distintos y dirigidos por personas de distinto partido. Parece que Sánchez ha querido aplicar el "divide y vencerás", cuando en realidad es todo lo contrario. Salimos perdiendo. Ojalá me equivoque.

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