La tapia del manicomio

Doble evasión

Si Ronaldo hubiera estado en la cárcel, como era la obligación de Hacienda, no nos habría infligido el correctivo del viernes

Si Cristiano Ronaldo hubiera estado en la cárcel, como era la obligación del ministro de Hacienda (a la sazón Cristóbal Montoro), no nos habría infligido el severo correctivo que nos endosó el viernes por la noche. La pregunta es, si por un cuarto de millón de euros el efímero ministro Huerta se ha quedado sin empleo, ¿por qué Cristiano, debiendo como debe ochenta veces más que lo que debía don Maxim, sigue suelto y dándonos semejantes disgustos? Lo mismo se podría decir de Messi y de tantos otros futbolistas que han sido pillados con fraudes también descomunales. Y eso que Huerta pagó en su día, con sanción e intereses. Podrán decir que no fue a la cárcel, pero es que el montante del fraude no daba para condena carcelaria, cosa que sí ocurre con Ronaldo y Messi, que van a eludir el trullo porque son unos recomendados. Hay que concluir que mandan más Florentino y Bartomeu que Sánchez y Mariano juntos. No sólo mandan más que el gobierno los bancos, las multinacionales y Trump, sino los grandes equipos de fútbol (al menos en España). Por si a alguien le quedaban dudas. No sabemos si Pedro, que tan rápido ha estado en cambiar de ministro de Cultura, estará a tiempo de enchiquerar a Messi, por si nos toca en un próximo cruce, si es que llegamos a ganarles a Marruecos e Irán. Eso sí, suponiendo que, aun estando a tiempo, tuviera posibilidades de hacerlo. Nos evitaría otra serie de disgustos, pero no albergamos demasiadas esperanzas.

Como dijo Franco cuando mataron a Carrero Blanco, "no hay mal que por bien no venga". Y así, el cambio de ministro nos ha deparado a los almerienses una satisfacción. No sólo por tener un baranda en el Consejo, sino por la personalidad y la categoría de Pepe Guirao, demostrada desde aquellos años ochenta en los que, con veintipocos años, desarrolló en la Diputación de Almería programas novedosos, especialmente con los movimientos culturales jóvenes. Todo el mundo sabe que es un brillante gestor cultural del más alto nivel. Más de un paisano ya le habrá puesto un tuiter o un guasap recordándole la vieja amistad y preguntándole: Pepe, ¿qué hay de lo mío?. Aparte de bromas, si el anterior almeriense en el Gobierno, Jesús Miranda, nos dejó las únicas vías del AVE que tenemos y los túneles que luego cegó Hernando, confiamos en que Guirao deje aquí huellas de su paso. Vamos, estamos seguros.

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