Lo menos que se le puede pedir a un gobierno, de lo que sea: de una comunidad de propietarios, de una microempresa, de una multinacional e incluso al gobierno de una nación, es que sea coherente en sus actuaciones. Si lo es, sabes a qué atenerte respecto a sus actuaciones, pero si no lo es, no puedes predecir nada de sus actuaciones futuras. Además, como decía Woody Allen: "me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida". Digo esto por los recientes sucesos de Brasil y la respuesta que han merecido por algunos de nuestros gobernantes. Si las analizamos, aunque sea someramente, veremos su dolor, pena y preocupación por lo ocurrido allí. Eso está muy bien, pero me recuerda aquello de "justicia sí, pero no por mi casa", ya que esos hechos en España estaban catalogados penalmente de forma mucho más severa de lo que ahora lo están, gracias al mismo gobierno que reivindica para Brasil una valoración de los hechos sucedidos semejante a la que ellos han eliminado aquí. ¿A qué juegan? ¿Estamos "apollardaos"? ¿Es que la incoherencia es un mérito en España?

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