La tapia con sifón

Dulces remates

Me riñen con razón por hablar poco o nada de dulces, porque una buena comida se merece un buen remate dulce

Me riñen con razón por hablar poco o nada de dulces, porque una buena comida se merece un buen remate dulce. Incluso después de unas cuantas tapas viene bien una tapa dulce. Así que esta semana voy a recomendar un par de lugares interesantes donde tomarlos. Lo hago pocas veces, a pesar de que casi todos los bares de tapas las tienen en la carta, porque al igual que las tapas saladas, la inmensa mayoría son postres industriales. Y encima con poca imaginación: suflé de chocolate, tiramisú o trata de queso se repiten en el noventa por ciento de nuestros bares y restaurantes. Es evidente que son comprados y de no muy buena calidad. En los pocos que aun se dignan hacerlos en casa suelen ser bastos y poco apetitosos. Me han puesto en pocos días, en tres bares distintos, auténticos ladrillos con el nombre de tarta de queso ("cheesecake" según los papanatas). No diré dónde, salvo que me lo pregunten. Prefiero ir a lo positivo.

En "La Brusketta la sarda" hacen un tiramisú muy rico con la receta de la madre de la propietaria, Sisi, de Cerdeña como indica el nombre del bar. Es ligero y goloso, pero con el azúcar justo (para mi gusto). Más contundente es el "cannolo", un canuto de pasta frita y crujiente, relleno de crema de queso ricota, muy popular en Sicilia. No lo hacen en casa, pero lo trae de una famosa pastelería de Turín. En La Brusketta tienen una larga oferta de vinos por copas a precios muy interesantes. Hay varios vinos de postre, incluidos generosos andaluces y de Oporto. Prueben el tiramisú con el Graham tawny. Excelente el PX de Piedra Luengo (Montilla). Otro día hablaremos de los falsos PX y "palocortados" que tienen algunos bares.

"El vino en un barco" ha cambiado de cocinero y las tartas han dado un salto de calidad. La de queso es delicada y esponjosa, finísima en la boca. Entra tan bien que incita a pedir otra ración. La de chocolate con albaricoques es más potente, pero igualmente fina y sabrosa, con un buen cacao y fruta untuosa. Para acompañar estas excelentes tartas prefiero de largo una nueva bebida que ha sacado al mercado la joven bodega jerezana Ximénez-Spínola y que no he visto hasta ahora en ningún otro bar. Se llama Ysabel Regina y es una mezcla de brandy Solera Gran Reserva y Cognac VSOP, añejados juntos durante un año en barricas de Pedro Ximénez. Un trago importante. Sin hielo ni refrescos por favor.

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