República de las Letras

LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA

El español es un pueblo condenado a no conocer su pasado si no es de manera parcial, tendenciosa y excluyente

Los principales partidos españoles nunca se pondrán de acuerdo en la enseñanza de la Historia. Para cada uno de ellos la Historia se escribe de distinta forma. Es su propia versión de lo sucedido en el pasado. ¿Y cómo puede ser así, si lo sucedido es lo sucedido y nada más? Sencillamente porque la narración del pasado adquiere un sesgo, una intencionalidad política e interpreta el pasado según intereses actuales. Entonces, ¿se cuenta la verdad? No. Se cuenta la verdad que interesa actualmente, no la verdad de lo que sucedió, ni el cómo sucedió, ni el por qué sucedió y cuál fue la trascendencia posterior de lo que sucedió. Así que es imposible que la derecha y la izquierda se pongan de acuerdo en esa narración.

Lo hemos visto durante casi cinco décadas en lo que se refiere a la Guerra Civil 1936-1939. Y lo hemos visto muy recientemente con el asunto de la espada de Bolívar en la toma de posesión del nuevo presidente colombiano. El rey Felipe VI no se levantó, como hicieron todos los mandatarios presentes, al paso de la reliquia, no se sabe si por propia iniciativa, cosa que dudo, pues los protocolos están de antemano bien estudiados, o porque fue asesorado por sus colaboradores. Naturalmente, la derecha y la extrema derecha también han apoyado al monarca en esta ocasión, como hacen siempre haga lo que haga, como si el rey fuese infalible como el Papa -a este, sin embargo, no lo apoyan tanto cuando toma una de sus decisiones polémicas, pero de eso ya hablaré en otra ocasión-. Esta vez, entonces, el rey se ha salido de su papel institucional y ha asumido una opción política respecto a la interpretación de la Historia que le alinea claramente con el conservadurismo. Algo, por otro lado, que no extrañará a nadie. Esa espada, dicen algunos, está manchada por la sangre de los españoles. Caramba. Entonces, qué se podría decir de la espada de Franco respecto a los marroquíes y los españoles de izquierda, o de la de Hernán Cortés, Pizarro y el resto de los conquistadores de su época respecto a los pueblos oriundos amerindios. O de la espada del Cid respecto a los andalusíes del siglo XI.

Así que no hay manera de llegar a una interpretación de la Historia satisfactoria para todos. El español es un pueblo condenado a no conocer su pasado si no es de manera parcial, tendenciosa y excluyente. Igual en religión, filosofía, moral... Y no hay solución. Los españoles somos así.

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