Este es el título de un reciente informe realizado por Juan Manuel Moreno, profesor titular de la UNED. Se han analizado los presupuestos de las familias (en qué gastan su dinero) entre 2006 y 2020, y se observa cómo el gasto en clases particulares se ha multiplicado por tres. El total de estudiantes que reciben algún tipo de refuerzo educativo extraescolar es de un 24 %. Podemos pensar que quizá se deba a la pandemia, los confinamientos, etc., pero resulta que el presupuesto ya se triplicó entre la crisis económica de 2008 y 2015. Esto sucede especialmente en las familias de ingresos medios y bajos. Las de ingresos altos ya lo tenían contemplado, desde siempre.

En un sistema educativo universal y obligatorio como el que tenemos en España, este es un dato muy alarmante y preocupante. La escuela no está garantizando los saberes a los jóvenes, como es su función y su obligación. Por no hablar de la igualdad de oportunidades. Las familias, especialmente las que pretenden que sus hijos e hijas tengan un futuro mejor (las de ingresos medios y bajos) sienten que lo que no le da la escuela tienen que buscárselo fuera. Por eso, como señala el autor del estudio, "lo que fue un bien de lujo ha pasado a ser, de facto, un bien de primera necesidad".

Teniendo en cuenta, además, que los recursos de acceso a la información y al conocimiento son los mejores de toda la historia, la situación se vuelve aún más vergonzosa. ¿Qué clase de saberes estamos transmitiendo que ni siquiera somos capaces de garantizarlos con dichos medios? ¿o tenemos totalmente asumido que la escuela es para sacarse un título y luego el auténtico conocimiento está en otra parte?

Hay un sector educativo que tiene que abandonar las críticas constantes a los resultados. A veces creemos que pensar en resultados es propio de capitalistas y neoliberales sin alma, que no piensan en las personas y que responde a una perspectiva que solo piensa en la eficiencia. Sin embargo, si no tenemos en cuenta los resultados nunca podremos garantizar la igualdad de oportunidades. Los de ingresos altos lo tienen claro. Quieren el máximo de títulos y el máximo de notas.

El auténtico desafío es conseguir todo: saberes relevantes, una ciudadanía activa, crítica y democrática, a la vez que unos excelentes resultados que no dejen a nadie en la estacada. El éxito de las clases particulares es el fracaso del sistema educativo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios