Emergencia electoral

Gracias a la intersección espiritual del Patrón de España, Santiago Apóstol, el 25 de julio, ocurrió lo menos malo en política nacional

Estimados lectores, estamos en el ecuador del verano, visto y no visto, sobre todo a la vista de la situación de dejadez política en la que se encuentran los 350 Señorías en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, al ser rechazada la investidura del candidato propuesto por el Jefe del Estado, lo que de forma automática, el artículo 99.4 de la Constitución establece que se podrán tramitar nuevas propuestas por el mismo procedimiento. Si transcurridos 2 meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza, la presidenta del Congreso someterá a la firma del Jefe del Estado el Decreto de disolución de ambas Cámaras, convocará nuevas elecciones y lo comunicará al presidente del Senado.

Sí esto ocurriese, ante la fragmentación personalista y arrogante de quienes integran el staff de los partidos y teniendo a la vista una posible recesión económica, habrá que gastar otros 200 millones de euros del erario público para llevar a cabo otras cansinas elecciones, ante la incertidumbre del resultado ante una tullida Ley D´Hont que beneficia a los separatistas.

Pero el Estado está y no está, con la paralización del poder legislativo y ejecutivo en la adopción de acuerdos, tan necesarios para que el Estado Español, que tiene una estructura organizacional descentralizada y erróneamente asimétrica, y precisa de este motor inerte del Estado para garantizar la gestión y la buena gobernanza de la sociedad civil.

El gobierno que salga ahora o después no puede estar sujeto a paranoias políticas y comenzar a recuperar la cada vez mayor cesión permanente del desmantelamiento del Estado Español, coadyuvados por secesionistas y neocomunistas, obstruyendo el sistema democrático con 17 normativas en materias de política lingüística, sanidad, educación, fiscal, etcétera, y cuantas otras leyes están cercenando los derechos individuales, poniendo en entredicho hasta la propia labor de la Monarquía parlamentaria.

En fin, gracias a la intersección espiritual del Patrón de España, Santiago Apóstol, el pasado día 25 de julio, ocurrió lo menos malo en política nacional, al menos, hasta ahora, estando mucho mejor con un heterogéneo gobierno socialista en funciones, que con un gobierno integrado de extremistas marxistas; aunque como ha dicho la formación Vox, mientras no haya un gobierno en legal forma, suspender las retribuciones a sus Señorías.

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