Emilia Martín Fierro, al borde del abismo

La autora nos adentra en su universo conceptual a través de dos ejes fundamentales: la membrana y el borde

Emilia Martín Fierro acaba de presentar su última exposición individual con su proyecto más reciente, "Entre membranas (Pasear por el borde)", realizado en los dos últimos años y que explora el borde, la frontera y la hibridación a través de una docena de piezas de gran formato en las que practica la pintura expandida. Un proyecto que se empezó a gestar a partir de sus viajes a Senegal y Perú, en el que la visión de la realidad se contrapuso ante las situaciones cotidianas en las que se encontraba la mujer. Con recuerdos, en ambos casos, de mujeres cargando peso sobre sus hombros, entre sus brazos o sobre su cabeza, mientras trabajaban. Una mujer que simbolizaba la realidad a la que íntimamente nos acercamos cuando nos detenemos ante nuestro propio rostro y reflexionamos conceptos como libertad, igualdad y justicia. Así, la visión de materializar las imágenes de mujeres soportando todo tipo de cargas: cubos, bolsas, hijos, le hizo reflexionar más aún sobre la condición humana. Y, fundamentalmente, sobre todas aquellas personas que, de una forma u otra, ha ido conociendo y que han estado vinculadas directa o indirectamente a la migración a través del océano, desde África hasta Canarias. La obra de Emilia Martín Fierro, según describe Verónica Farizo, «se articula como un conjunto de piezas donde, capa sobre capa, se va narrando un discurso de urdimbre que deslocaliza cualquier posibilidad de centro. Estrategia compositiva es, al tiempo, una declaración de intenciones, pues conocedora de las limitaciones y traiciones de las imágenes "transparentes" del mundo prefiere restarles nitidez hibridándolas entre ellas». Emilia Martín Fierro experimenta en su proceso de creación sus vivencias. Las plasma y arremete con su obra contra el concepto de límite. Investiga, analiza y argumenta, mediante su proceso creativo, «la naturalización y asimilación de la idea de frontera; hay una voluntad de mantenerme sorprendida por la enorme distancia que llegan a tomar las abstracciones y los conceptos con que pensamos la vida, con respecto a la experiencia de vivir y a la dinámica de la vida misma», afirma Emilia. La autora nos adentra en su universo conceptual a través de dos ejes fundamentales: la membrana y el borde. Y construye, a partir de estas conceptualizaciones, una nueva perspectiva en las que las re-nombra y les vuelve a dar un nuevo significado, donde el público presente podrá dialogar con las obras en otro lenguaje, en otro idioma: diluyéndose, hibridándose y desactivándose para retornar y re-presentarse».

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