Empezar a andar

El Gobierno tiene que pasar de las palabras a loshechos en forma de inversiones en los Presupuestos

Nadie pone en duda que Almería tiene que alcanzar el objetivo de crecer económicamente, consiguiendo crear empleos que saquen del paro a los más de 61.000 almerienses en esa situación y mejorando el bienestar social en la provincia.

El camino para lograrlo no es fácil, pero para poder terminarlo hay que empezar a andar. Por esa razón, el Gobierno de España tiene que pasar de las palabras vacías a los hechos, en forma de inversiones en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017, que respalden la actividad de sectores estratégicos como la agricultura y el turismo, además de impulsar la industrialización de Almería. Las cuentas estatales son catastróficas para nuestros intereses. Si los diputados nacionales del PP y de Ciudadanos por la provincia defendieran realmente a Almería, y no los intereses de sus partidos, tendrían que votar en contra de las mismas o, al menos, ser valientes y enmendarlas.

En el PSOE lo hemos hecho, presentando más de una treintena de peticiones para la provincia, a las que se suma la repercusión directa de la mayoría de las 1.800 totales, entre las que están un plan especial de empleo para Andalucía o que el Gobierno de Rajoy financie su parte de la Ley de Dependencia. En cuanto a las propuestas de Almería, destacan las relativas a unas infraestructuras claves para potenciarla como destino turístico y para dar salida a la producción agrícola y a la vinculada al mármol. 500 millones de euros para las obras del AVE que el PP nos niega, la electrificación pendiente en la vía convencional a Granada y el intercambiador de ancho de vía en la capital nazarí son reivindicaciones en materia ferroviaria, a las que se añade, en carreteras, un tercer carril para la A-7 entre Viator y El Ejido. Una vez que la presión socialista ha logrado recuperar la línea eléctrica Vera-Baza en la planificación nacional, esta tiene que acompañarse de un plan de impulso a la industrialización. Y, además, tienen que ocupar un lugar especial obras para garantizar el agua, como el arreglo de la desaladora de Cuevas, la ampliación de la de Carboneras o el túnel de desagüe de la Balsa del Sapo de El Ejido. Los socialistas sabemos que hablamos de proyectos que no se ejecutan de un día para otro. Pero también que, en caso de no empezar a presupuestarse, no se van a hacer nunca y que seguiremos en el punto cero de la larga senda que queda por recorrer.

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