La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Espadas, a perder dignamente

El objetivo de Espadas no es ganar las elecciones de 2022, sino superar el desconcierto del PSOE y perder con dignidad

Ha resuelto bien Juan Espadas la liquidación incruenta de Susana Díaz, formalizada en el congreso de Torremolinos, con mecanismos tan útiles como contrastados: integración de los últimos líderes provinciales susanistas en la nueva Ejecutiva regional para que dejen paso sin pelea a las nuevas hornadas -patada hacia arrriba, que se llama-, aumento a sesenta de los miembros de la dirección para que nadie se quede fuera del mando y descentralización del poder; los cargos más relevantes, aparte del secretario general Espadas, son para militantes de Granada y Jaén.

No tan bien está llevando su dimisión como alcalde de Sevilla, ya tardía. Al respecto ha ido acumulando incongruencias por razones puramente partidistas y ahora baraja un remate extravagante: que lo nombren senador en representación de la Comunidad autónoma, quitando a uno de los tres socialistas que ya lo son, como se hizo para no dejar a la intemperie a Susana Díaz. El único fin que se persigue es ahorrarle un sueldo medio al PSOE de Andalucía haciendo que el trabajo de Espadas como secretario general se lo paguen todos los ciudadanos. Porque como plataforma institucional y escaparate para la proyección pública el Senado no funciona mucho, la verdad.

Pero volvamos a sus labores de liderazgo. Le veo muy capaz de sacar al socialismo andaluz del caos y el desconcierto en que se ha sumido desde que hace tres años perdió el poder que había ejercido durante casi 37. Pero será con paciencia y humildad, o no será. Porque el derrumbe de la última etapa de Susana ha sido fulminante, estrepitoso y, encima, el gobierno de Juanma Moreno ha arrumbado todos los pronósticos apocalípticos con que fue recibido acerca de su política social y su dependencia de la ultraderecha.

Más allá del entusiasmo teatralizado en Torremolinos, Juan Espadas sabe -y Pedro Sánchez también- que el objetivo del primero no es ganar las elecciones del año próximo, sino perderlas con dignidad. Ya asumen que el PP será esta vez el partido más votado, como en 2012 con Arenas, con la diferencia de que ahora la ciudadanía se ha inclinado más intensamente hacia la derecha y permitirá que Juanma Moreno siga gobernando. Espadas se conformaría, hoy por hoy, con un airoso segundo puesto y no retroceder mucho en los 61 escaños que le corresponden a Andalucía en el Congreso. Que es lo prioritario para Sánchez.

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