Reflejos

FRANCISCO BAUTISTA TOLEDO

España en América

Nuestra lengua no debería llamarse castellano, como tampoco español, sino Hispanoamericano

Los españoles se adelantaron al resto de los reinos europeos en el descubrimiento de América, pues el desarrollo náutico de los tiempos lo hacía posible en cualquier momento, sólo era cuestión de suerte.

Supongamos que los ingleses, o cualquier otro pueblo europeo, hubieran llegado al Nuevo Continente antes que los españoles, ¿hubiera subsistido la población autóctona hasta los días actuales? ¿Se habría producido el mestizaje entre europeos y nativos? Veamos que ocurre en las antiguas colonias no españolas. En Estados Unidos, o Canadá, apenas quedan indígenas de la época precolombina, pues fueron aniquilados. Igual ocurrió en Australia. En cambio los españoles iniciaron, desde los primeros momentos de la conquista, un proceso de mestizaje e integración, sin negar que existieran tensiones y violencia, pero no se produjo la aniquilación de esas razas, sino su incorporación y reconocimiento como súbditos de la corona hispánica.

Las primera universidades en suelo americano fueron creadas por España en el siglo XVI, caso de la Universidad San Marcos, de Perú, en 1549, o la Universidad de Santo Tomas de Aquino, en lo que actualmente es la República Dominicana, en 1558. Los colonos ingleses crearon su primera universidad en 1631.

Son muchos los líderes latinoamericanos que proceden del mestizaje de españoles y la alta nobleza inca o azteca, lo que demuestra el carácter de aceptación del indio en la cultura criolla. Ambas partes contribuyeron en la creación de una sociedad mestiza, vibrante, rica culturalmente, cuya fuerza e ingenio ha dado un nuevo aliento a nuestra cultura hispánica. Quien sabe si ellos serán sus únicos depositarios en el futuro.

Nuestra lengua, por la extensa contribución que han realizado a través de los siglos, y que actualmente siguen haciendo con mayor ímpetu, no debería llamarse castellano, como tampoco español, sino Hispanoamericano, pues su desarrollo, y uso, depende más del Nuevo Continente que de esta España que pone en duda sus propias esencias históricas.

Actualmente se ha iniciado en la antigua América española un proceso de eliminación de la huella criolla, renunciando al mestizaje, queriendo volver a sus raíces indígenas, olvidando la contribución de sus antepasados que se fusionaron entre sí. Es una etapa de desarraigo, eliminando la cultura europea occidental, pues es un paso necesario para su alienación, aculturación, y cambio hacia ideologías despersonalizadoras. No creo que triunfen. Iberoamérica recibió lo mejor, más dinámico, y vivo, de la población hispánica

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