La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

En España no se gana sin centro

Juan Espadas lo ha entendido mejor que Pedro Sánchez: en España se gana desde el centro, no radicalizándose

Lo que quedará del debate de esta semana sobre el estado de la nación es que Pedro Sánchez ha anunciado la adopción de medidas de carácter económico y social que le venían reclamando largo tiempo sus socios de Unidas Podemos: los impuestos temporales a las empresas energéticas y los bancos, la gratuidad temporal en los trenes de cercanías y otras mejoras en el escudo social anticrisis para las familias más vulnerables.

Las medidas son justas y necesarias, a condición de que no se pretendan vender como lo que no son (remedios para combatir la inflación, el problema número uno de la España de hoy), sino como lo que realmente son (ayudas parciales para aliviar sus efectos), y a condición de que se garantice que eléctricas y financieras no repercutan sus novedosos gravámenes fiscales a consumidores y usuarios. No sé si hay algún mecanismo legal previsto al respecto.

Aunque estas fórmulas de fiscalidad excepcional han sido adoptadas frente a la actual gran crisis por gobiernos liberales y conservadores (Italia, Reino Unido, incluso la ultraderechista Hungría), aquí en España se han puesto como ejemplos de un giro a la izquierda, ya que eran demandas reiteradas de Podemos. También fueron presentadas así por el propio Pedro Sánchez, dentro de su recurrente discurso sobre los poderes ocultos que sabotean su gobierno y pretenden su fracaso como Robin Hood del tercer milenio que quita un poco a los ricos para dárselo a los pobres.

Fantasías e impostaciones aparte, es evidente que Sánchez responde a los últimos desastres electorales del PSOE, e intenta prevenir los hipotéticamente futuros, mirando a la izquierda. Le salió bien, estupendamente, cuando Pablo Iglesias estuvo a punto de dar el sorpasso. Ahora yo creo que es un error. Por una lectura incorrecta de las elecciones andaluzas: el PSOE no las perdió por no ser suficientemente de izquierdas (fracasaron las dos opciones radicales), sino por la pérdida de sus votantes más centristas y moderados. Eso ha sabido verlo Juan Espadas en su última reflexión autocrítica sobre el 19-J.

Pedro Sánchez no lo ve. No se da cuenta de que España es un país con muchos problemas, pero de los más desarrollados del mundo, una nación de clases medias, donde ningún partido puede gobernar más de una legislatura sin ganarse la centralidad y ejercer la moderación. Donde los experimentos Frankenstein resultan efímeros y la gente huye de la épica y del radicalismo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios