Comunicación (im)perinente

Francisco García Marcos

España como teatro (espejos cóncavos y convexos)

Bajando la vista, hacia el este, en Vic los policías municipales solo hablan en español, dicen que para fastidiar a su ayuntamiento

MAX Estrella y Latino de Hispalis, almas en pena, en busca de Valle-Inclán). En el Cielo de los personajes literarios no hay espejos cóncavos y convexos, como los que habían disfrutado en el Callejón del Gato, dentro de Luces de Bohemia. Sienten nostalgia, desencanto, un cierto hastío. Prosiguen su andadura, sin mucho ánimo, cuando, de repente, recostado en una nube, se les aparece, al fin, la silueta de don Ramón. Parece conversar distendido con el Marqués de Bradomín sobre alguna fruslería. Antes de que se dirijan a él, les advierte de que en el Cielo lleva tiempo jubilado. Nada de reinventar espejos, esperpentos y esas cosas. Es el ascendiente de los autores sobre sus personajes, los conocen antes de abrir la boca.

Prosiguen cabizbajos, hasta donde sus inciertos pasos los lleven. Fatigados, se sientan en el pico de una nube. Para matar el tiempo eterno, miran hacia abajo. Casualidades del destino, están justo encima de España. Max Estrella y Latino de Hispalis miran con atención, por si el destino persistiera y localizaran el Callejón del Gato. Pero no. Solo alcanzan a ver concejales de Podemos en Bilbao que rechazan la celebración de la futura Eurocopa por considerarla un evento machista; una imposición españolista, apostillan desde Bildu. Bajando la vista, hacia el este, en Vic los policías municipales solo hablan en español, dicen que para fastidiar a su ayuntamiento, con el que están enfrentados. Un poco más abajo, en Barcelona, alguien pretende que Messi diga alguna palabra en catalán, después de una vida entera sin oírle decir ni tan siquiera "bon día". Al rato, aparecen Díaz Ayuso y Abascal, dos portaestandartes de la catalanofobia más cerril, para pedirles el voto en las próximas autonómicas a quienes abominan. Mejor mirar para Madrid, piensan. En el Parlamento, García Egea se dedica a sacarle tarjetitas al vicepresidente mientras se dirige a la Cámara. Otra vicepresidenta, Carmen Calvo, se sonroja por el proyecto de Ley Trans que debe proponer el gabinete del que forma parte. Patricia de las Heras compara la vacuna anal con una violación. Mientras todo eso ocurre, una pandemia infatigable lleva un año recorriendo el país. Max Estrella inspira profundamente aliviado. Ya no hace falta ir al Rincón del Gato. España en su totalidad es una pura ilusión deforme, a merced de reflejos cóncavos y convexos. (Latino de Hispalis, con la vista perdida en ninguna parte, exclama "Cráneo privilegiado").

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios