Estudios de las madres

Cuanto más bajo es el nivel de estudios de las madres, mayor la posibilidad de que los hijos conozcan el abandono escolar

N O todas las evidencias, claro está, tienen que ser concluyentes, ni siquiera significativas, aunque bien sabido es que decir lo obvio, lo más evidente, importa. Cuanto mayor es el nivel de los estudios de las madres, menos probabilidades tienen los hijos de acabar sus estudios con un abandono escolar temprano. No es una evidencia consabida, aunque sí reiterada en distintos análisis y estudios, que lleva a conclusiones de sobra relevantes. Es conveniente precisar que abandono no equivale a absentismo, aunque ambas situaciones pueden aproximarse. El absentismo se verifica cuando el alumnado deja de asistir a los centros antes de cumplir la edad en que concluye la educación obligatoria, los dieciséis años. Mientras que el abandono escolar temprano tiene que ver con las personas, entre esa edad de dieciséis años y generalmente la de veinticuatro, que, acabada la educación obligatoria, no continúan realizando ninguna otra enseñanza o formación. Unos datos significativos -no es necesario cansar con muchos otros- precisan el alcance de la evidencia antedicha. Si el nivel de los estudios de las madres corresponde al de la Educación Primaria o inferior, el 41,5% de los hijos engrosará el abandono escolar. Mientras que solo el 3,9% de los vástagos de madres con educación superior lo conocerá. Manifiesto resulta el porcentaje de abandono diez veces mayor en los hijos de madres con estudios primarios que en los nacidos de madres con estudios superiores.

Sabidos los datos, habrá que preguntarse por las razones. No se aventura al señalar que las relaciones de las madres con los hijos, su cuidado y atención, se desarrollan durante más tiempo, o son más efectivas, que las llevadas a cabo por los padres. Dígase mujeres y hombres donde madres y padres y, en tan señalado día como el de hoy, la influencia de los estudios de las madres tiene una lectura de género. Ya que el nivel de tales estudios puede estar determinado por una discriminación antigua, que reservaba los estudios a los hombres y las tareas domésticas a las mujeres. Importa, asimismo, constatar que el abandono escolar temprano, de los descendientes de madres con estudios inferiores, afecta en mayor medida a los hijos (50,7%) que a las hijas (30,4%). Luego las alumnas, incluso con la determinación de los estudios de sus madres, no solo son más capaces de evitar un fracaso escolar heredado, sino que obtienen mayor éxito que los alumnos.

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