V ivimos momentos de opiniones extremas, y la evolución del mercado laboral no podía ser ajena a ello. En la semana que va de conocerse los datos de la Encuesta de Población Activa del 4º Trimestre a la publicación de los datos del ministerio de Trabajo en enero, hemos pasado de la creación de empleo "más fuerte de lo esperado" a "en peligro". Seguido de la búsqueda de culpables, hechas muchas veces con el piloto automático: la reforma laboral, el aumento del salario mínimo.

Las estadísticas deberían servir para predecir tendencias, por si hay algo que rectificar o mejorar, y no simplemente para arrojárselas a la cabeza. Ello requiere una visión más amplia que la de un mes.

Miremos Almería. No es la primera vez que decimos que el empleo se frena. ¿Puede extrañar? Tras cinco años continuados de reducción del paro y aumento del empleo (que no siempre van unidos) las plantillas, adelgazadas hasta el extremo durante la crisis, están bastante cubiertas. El número de desempleados, por otra parte, es menor y aquéllos que quedan son, en general, quienes afrontan mayores dificultades para salir a un empleo.

El paro registrado subió, lo que no habrá sorprendido a nadie, y lo hizo en 1.257 personas. Entre septiembre y diciembre del año pasado, por el contrario, bajó en 7.085. Descenso que tuvo un fuerte componente estacional. Lo mismo puede decirse de este aumento. Esto es heredero de aquello. Es, ciertamente, el mayor incremento desde enero de 2015, pero también es verdad que entonces el desempleo registrado se situaba en 76.608 personas y hoy en 57.526. Si lo vemos desde el lado del empleo, en esos cuatro meses la afiliación a la Seguridad Social creció en 27.157. Este enero ha descendido en 1.789. Así, hay 294.060 afiliados a Seguridad Social, en lo que es el mejor dato de un mes de enero de la serie histórica.

¿Por qué subió el paro en enero? En mi opinión la principal causa fue el incremento del empleo en diciembre. El último mes del año se hicieron 818 contratos indefinidos y, del resto, hubo 13.294 de obra o servicio determinado y otros 6.705 de acumulación de tareas. Estos no fueron, como es entendible, empleos distintos, sino que por el mismo pasaron diversas personas (rotación) e incluso la misma persona por el mismo varias veces (recolocación) ¿Mantiene un empresario un trabajador que ya no necesita porque la campaña de Navidad ha terminado? No, conservará los que confía necesitar en las rebajas, por ejemplo. Cuando una economía se basa en trabajos estacionales, no podemos pretender que el empleo no fluctué acompañando a la estación.

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