Lo aprendí de...

carmen crespo

Portavoz del PP en el Parlamento de Andalucía

LA FAFFE

Sí esa Fundación que la Junta creó para formar a parados y reducir la tasa de paro que sigue siendo una de las más altas

Difícil es tejer este artículo, donde una ni debe ni puede caer en la tentación de la crítica fácil, pero hay actitudes que ningún andaluz debe silenciar para que no quede impune. Al contrario de lo que pueda parecer es la responsabilidad política la que me lleva a escribir sobre el último escándalo que le ha estallado al gobierno andaluz, el de 'FAFFE'. Sí esa Fundación que la Junta creó para formar a parados y reducir la tasa de paro que, por cierto, sigue siendo una de las más altas de España.

Si ya a los andaluces nos indigna el caso de los ERES que, aún hoy juzga los más de 20 años de gobierno andaluz, ahora sentimos sonrojo, perplejidad y hasta repugnancia por esa bajeza moral de una Consejería de Empleo que ni se ha inmutado al dilapidar 80.000 euros, de esos fondos de formación, en restaurantes, peajes, hoteles y club de alternes. Duele que siendo el paro una de las lacras sociales más preocupantes de esta tierra, al gobierno socialista le salpique otro escándalo con el mismo 'modo operandi'. Pero, si cabe, lo que más escandaliza es que primero dijeran que no existía tarjetas con ese gasto, después que sólo había una con 1.800 euros de gasto y que se había aportado la información a la Justicia. La verdad es que la Fundación tenía 8 tarjetas bancarias y que éstas acumularon un gasto de 80.595, 76 euros, siendo el 40% de él en club de alternes. Cierto es que el impacto provocado en la línea de flotación del gobierno andaluz ha sido una de las razones para adelantar las elecciones en Andalucía. Sin duda, se ha puesto de manifiesto la encrucijada de la presidenta que acorralada encontró esta salida para evitar una Comisión de Investigación ya en ciernes.

Evidente es el daño a la imagen de Andalucía que hoy es mirada 'con lupa' por inversores exteriores antes de implantar sus negocios, por Europa antes de volver a confiar fondos y por los desempleados que han visto como se han gastado, de forma impune, un dinero que debía servir para mejorar su futuro. En nuestra manos está alejar a Andalucía de ello. Hay que defender y rescatar esa tierra de trabajadores y talento que es Andalucía que cuenta con un gran potencial; sus empresarios, emprendedores y sectores productivos. Ellos hacen posible que aportemos, de forma importante, a la balanza comercial de España. Ejemplo claro el sector agroalimentario o la industrial del mármol de Almería. Por eso, tenemos que alejar los derrotismos y ver estas elecciones la oportunidad para girar el rumbo de Andalucía. Impulsar esas ganas de cambio para lograr situarnos, de una vez, en ese camino de la convergencia y en la España real la del crecimiento económico que defiende el PP-A.

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