El Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha convertido en un nido de rojos peligrosos. ¡Quién nos lo iba a decir! Desde que se fundó, después de la II Guerra Mundial, ha sido hasta ahora el paradigma del liberalismo económico, es decir, que cada cual se las busque como pueda y a quien Dios se la dé, san Pedro se la bendiga. Pero de un tiempo a esta parte nos vienen sorprendiendo con declaraciones y con recetas que parecen más próximas a Franklin Roosevelt que a Milton Friedman. Es decir, más cercanos a fórmulas socialdemócratas que al ultraliberalismo. Llevaban ya unos meses advirtiendo de que la desigualdad entorpece el crecimiento económico. Hasta ahora pensaban lo contrario, se ve que han caído del burro.

Las dos admoniciones más recientes han sido la recomendación de subirles los impuestos a los más ricos y la advertencia de que, tal como están las cosas en estos momentos, bajar los impuestos es un contradiós. Deben de estar Margaret Thatcher y Ronald Reagan revolviéndose en sus respectivas tumbas. Y, si nos referimos a lo más moderno en España, al nuevo equipo dirigente del PP, el FMI le ha hecho polvo el argumentario. Porque Feijóo acaba de proponerle al Gobierno un plan para reducir los impuestos y aumentar los incentivos fiscales; en total, quince mil millones más que irían al bolsillo de las empresas y los consumidores para que se los gasten; y, por tanto, 15.000 millones menos para las arcas del Estado. O sea, echar gasolina al fuego, es decir, añadir más billetes para gastar, con lo que la inflación seguirá subiendo. Y si la inflación es el problema económico más gordo de España, no parece razonable que se contribuya a aumentarlo. Entonces, ¿por qué esta propuesta de Feijóo? Seguramente, porque el plan se lo debe de haber elaborado el algoritmo. O sea, hay que atacar al Gobierno donde más le pueda jorobar de cara a los electores. Desde luego, si mañana fuera presidente del Gobierno Alberto Feijóo no lo aplicaría ni loco. ¿No se pasan la vida insistiendo en que nuestros problemas más gordos son el déficit y la deuda? Cualquiera que sepa sumar, sabe que menos ingresos y más gastos generan más déficit y, por tanto, aumenta la deuda pública. De ahí que el FMI esté recomendando justo lo contrario que el PP. Ahora, Feijóo se cabreará con el FMI, como Casado renegó de las organizaciones empresariales cuando acordaron con los sindicatos la reforma laboral.

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