Utopías posibles

EL FRACASO DE LA PRIMARIA

En Secundaria nos encontramos con niños y niñas que ya han desconectado de cualquier actividad académica,

Terminando el primer trimestre, en Secundaria nos encontramos con niños y niñas que ya han desconectado de cualquier actividad académica, de todas las asignaturas y actividades que realizamos. No me refiero solo al alumnado que suspende, sino aquel que ni siquiera trabaja las técnicas creativas propias de Educación Plástica, o se niega a moverse en Educación Física. Sin interés hacia propuestas alternativas, ni hacia la escuela más tradicional. Me refiero a alumnado que deja de asistir, y también a aquel otro que asiste, pero es como si no estuviera.

El denominado "fracaso escolar", debería llamarse más bien "fracaso de la escuela". Es la institución la que fracasa al no garantizar la formación mínima ni la titulación mínima para la ciudadanía. Por otra parte, son conocidas las carencias de la etapa de Educación Secundaria. Los datos siempre hablan de abandono escolar, fracaso y suspensos en Secundaria. Vaya esto por delante. No se trata de buscar culpables.

Es muy habitual que el alumnado participe en asambleas en Educación Infantil, haga actividades manipulativas, trabaje por proyectos, se abra el aula y la escuela a las familias…Infantil es la etapa donde hay más creatividad e innovación. Sin embargo, ese mismo alumnado, la mayoría de las veces en la misma escuela, sufre una ruptura radical al comenzar la primaria. Ahora toca sentarse en fila de dos, o en fila de uno, toca seguir el libro de texto fielmente, copiar y más copiar, hacer exámenes… y todo esto, durante nada más y nada menos que seis años. Un padre me decía hace un tiempo que su hija decía: "papi, ¿por qué ya no podemos hacer proyectos?" (al pasar a Primaria). Él tampoco lo entendía, y no sabía qué responder, simplemente le dijo "ahora eres mayor, y tienes que aprender más cosas". Centros, además, cerrados a la participación directa de las familias. Lo que viene después, ya lo sabemos. Esa misma niña que en Primaria todavía le cuelgan la mochila y la llevan de la mano, cuando tiene una mínima autonomía para decidir, decide no asistir, o convertirse en una "insumisa educativa". La escuela ha matado su motivación, sus ganas de aprender. Una de las peores cosas que pueden ocurrirle a alguien. O cambia la Primaria, o no cambiará nada. El camino ya lo sabemos, porque hay grandes profesionales que llevan años transitándolo. Hay que extender sus prácticas a todo el sistema. Sois nuestra esperanza.

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