Feliz Navidad

¿Cuándo seremos capaces de hacer una tregua eterna? Una tregua definitiva en su locura asesina y despiadada

Este año las fiestas navideñas son especialmente necesarias. Noche de paz. El 24 de diciembre de 1914, en plena guerra mundial, las tropas alemanas e inglesas, cantaron a la limón desde cada una de sus trincheras, villancicos, especialmente Noche de Paz. Y la guerra en aquel desolado lugar, paró por unas horas. A eso se le llamó "Tregua navideña". En muchos sectores la tregua solo duró esa noche, pero en algunas áreas duró hasta el año nuevo, e incluso hasta el mes de febrero. La tregua ocurrió a pesar de la oposición de los niveles superiores de los ejércitos. 102 años después las guerras siguen siendo algo ineludiblemente unido a los humanos. Guerras, guerrillas, batallas, muertes, atentados, maltratos, torturas.

¿Cuándo seremos capaces de hacer una tregua eterna? Una tregua definitiva en su locura asesina y despiadada, de los yihadistas. Una tregua definitiva por parte de los hombres, maltratadores y asesinos de sus parejas. Una tregua definitiva de las ejecuciones legales, en los países que las hacen, comenzando por el país más poderoso del mundo. Una tregua definitiva en la carrera descabellada de acumulo de riquezas de unos pocos, a costa del sufrimiento cruel de millones. Una tregua definitiva en la sistemática destrucción de la madre tierra que nos acoge. Una tregua definitiva a la xenofobia, la homofobia, y todas las demás fobias que marginan y arrinconan a muchas personas. Una tregua definitiva a la ignorancia, la intolerancia y la mediocridad intelectual.

Lejos está ese horizonte de paz y tolerancia definitivas. Mientras tanto, disfrutemos del espejismo de paz y amor de la Navidad. Claro está, si nos dejan los terroristas, los maltratadores, los dictadores, los explotadores, los calumniadores, los intolerantes, los xenófobos, los homófobos, los racistas y otros enemigos de la paz y del amor.

Y son demasiados para que nos dejen en paz. Llevan demasiado odio encima, para que lo dejen apartado por unos días. Pero bueno, esa dosis, menor o mayor de ello, que cada uno de nosotros y nosotras, llevamos encima, podemos aparcarla estos días, siguiendo el ejemplo de aquellos soldados ingleses y alemanes, que cantaron juntos Noche de Paz, desde trincheras enfrentadas, aquella Nochebuena del 1914. Que todas esas luces en la calle, los árboles con bolitas, los nacimientos, los villancicos, los papá noel, los reyes magos, sirvan para algo más que para aumentar el consumo y las barriguitas. Al menos un pequeño oasis de paz y amor, y un pequeño entrenamiento en ello.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios