La Feria de Almería se ha superado una vez más a sí misma. Cada vez se parece más a la de Sevilla, la feria mundial por excelencia: a pesar de que no estamos en abril sino en pleno agosto y con levante a diario, los caballeros han ido de chaqueta, camisa blanca y clavel en ojal. Las señoras, todas de flamenca y a la última moda: body negro, sin falda y mantón de fantasía. Y todos con un comportamiento exquisito: era digno de ver cómo echaban los envases vacíos de tinto de verano en el contenedor amarillo. Y cómo, después de mearse en las esquinas, las limpiaban con un chorrito de agua con vinagre de sus botellitas. El escenario, insuperable, aunque se supera cada año.

El Paseo era un ascua de luz, gracias a nuestro espléndido sol, que ha tenido incluso que ser atemperado por un elegante toldo de cretona estampada. Ni una bombilla de iluminación extraordinaria: una ruina para Endesa y Ximénez. El aroma de los nardos superaba con mucho el de las boñigas de caballo. Los altavoces -regulados por debajo de los 120 dB, que no es ni el doble del recomendado por la OMS- han acompañado con su melodioso son las actividades lúdico-festivas de la alegre grey infantil y sus sufridos acompañantes.

El que se pasaba "algo" de ruido era el único chiringo del Paseo (en la plaza del Educador) que, si se cumplen los deseos de Ashal, el año que viene estará acompañado de una veintena; ya lo ha dicho Diego García: "Mi idea es que vuelva la Feria del Mediodía al Paseo". De esa manera los hosteleros ganarían todo lo que dejan de ganar Endesa y Ximénez, y vaya lo uno por lo otro: es un juego de suma cero.

Una Feria del Mediodía que en una ocasión calificamos de Feria del "medio día", pero nos quedamos cortos porque dura más de quince horas, ininterrumpidas, desde la apertura de chiringuitos hasta el cierre de las abundantes discotecas del llamado centro histórico, que mejor sería llamarlo centro histérico. También ha dicho Diego en su Pregón que "la Feria del Mediodía tiene una dieta propia, una dieta saludable, con morcillas, chorizos, longanizas, pinchitos y migas". Para qué vamos a hablar de pescados y verduras si de eso no producimos en Almería, y por eso los hosteleros se abstienen de utilizarlos en sus tapas. Hemos intentado esa dieta saludable que recomienda el pregonero y ya tenemos cita para el lunes en las consultas externas de Torrecárdenas.

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