República de las Letras

Filomena, la que faltaba

El coronavirus, Trump, la vacuna, Filomena… ¿hay quién dé más? Menudo comienzo de legislatura

Y POR si faltaba algo, llegó Filomena. No va a carecer de nada el Gobierno de coalición. Primero, nada más empezar la andadura, la pandemia del siglo. Y luego, coincidiendo con la tercera ola de contagios, Filomena, la nevada del siglo también. Los acontecimientos catastróficos se acumulan. La Madre Naturaleza se ha revuelto contra el Gobierno de las izquierdas. Pero, en fin, como decía el poeta, volverán las oscuras golondrinas / de tu balcón sus nidos a colgar / y otra vez con el ala a sus cristales / jugando llamarán.

En medio de los dos acontecimientos citados, naturales, digamos, se han colado otros dos, digamos también, humanos. Demasiado humanos, como decía Nietzsche. Uno, el intento de golpe de Estado perpetrado por la turba seguidora de este último iluminado del siglo XX que es Trump asaltando el Capitolio de Whasington. El templo de la democracia moderna en la democracia más antigua del mundo ha vivido un impensable allanamiento a manos de los extremistas radicales seguidores de las teorías conspiranoicas extendidas por el millonario Trump por todo el planeta. La democracia americana, modelo de las derechas del mundo -envidiado por la derecha española-, está en crisis. Y quien la ha llevado a ella no ha sido el fantasma comunista ni el populismo de izquierdas, sino el fanatismo ciego de un hombre que no tenía ninguna necesidad de meterse en estos líos y al que ya no quedaban sueños por cumplir. La presidencia del país ha sido el último estertor de este hijo de Mary Anne MacLeod, que, nacida en una pequeña isla escocesa, llegó a Nueva York en 1930 y debió trabajar como empleada doméstica. Siempre he dicho que Hitler fue posible porque tuvo tras de sí un pueblo con la mentalidad propicia a sus criminales teorías. La Historia, a veces, sí se repite, aunque con distintos protagonistas y circunstancias. El otro día, la imagen icónica del absurdo asalto fue ese remedo de Toro Sentado con cuernos y rabo cuya foto ha dado la vuelta al mundo.

El otro acontecimiento ha sido la vacuna contra el coronavirus. Y dentro de ella, en concreto, la logística necesaria para hacerla llegar a todos los rincones del país. Porque ese es el problema, la logística. Es decir, la eficacia de los políticos y los técnicos; los medios de transporte y almacenamiento; el personal necesario para su distribución. Es decir: dinero. Y la derecha, que sigue poniendo palos en la rueda.

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