Final de un buen curso

La educación, sobrepuesta a la distancia, trae su genuino efecto de crecimiento, como en este final de un buen curso

Con el final del curso escolar a la vuelta de pocos días, es necesario reconocer la compartida y continua atención para que haya podido transcurrir, sobre todo en la educación obligatoria, de una manera ciertamente no normal pero manteniendo la asistencia a los centros educativos. Después de un curso precedente que, a partir de marzo de 2019, alteró significativamente su desarrollo con el general confinamiento de la pandemia. A partir de tales antecedentes, el pasado mes de septiembre no eran halagüeñas las perspectivas para garantizar la asistencia a los centros y poco se apostaba por concluir de ese modo el curso, con presencia continuada. Si embargo, un valiosísimo empeño compartido, entre docentes, familias, alumnado, servicios, equipos y administraciones, permite llegar a estos días de junio con la satisfacción de un gran propósito alcanzado. La adaptación de los alumnos ha sido especialmente apreciable -en los más pequeños de manera principal- al adoptar medidas que, como el uso de la mascarilla, las relaciones limitadas en la "burbuja" del grupo de convivencia o la restricción de actividades complementarias o extraescolares modificaban en gran modo el día a día en la escuela. La educación, en definitiva, resulta de la interacción. Y aunque esta pueda verificarse de distintos modos, la presencia -ahora se habla de sincronía telemática- dinamiza los procesos de enseñanza y de aprendizaje para hacerlos más propicios y efectivos. De ahí el empeño de cuidarla y garantizarla con distintos protocolos y actuaciones que han hecho de los centros educativos no ya "espacios libres de COVID" -con un lema que la publicidad o determinadas campañas aplican a circunstancias variopintas-, sino especialmente protegidos ante la contingencia descomunal de una pandemia que aprovecha cualquier descuido para hacerse notar. Por otra parte, la comunidad educativa -si bien en el curso ordinario de las cosas haya ocasiones en que pueda resultar una entelequia- no ha regateado, de modo general, las disposiciones para confluir. Ya que los grandes retos, cuando son ampliamente compartidos -siquiera sea porque las circunstancias obliguen-, acaban al alcance de la mano y predisponen una muy favorecedora corresponsabilidad.

Ha sido este un buen curso, probablemente el mejor ante la realidad, en el que la educación, sobrepuesta a la distancia, ha traído su genuino efecto de crecimiento.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios