El medio y el ambiente

Física y Comunicación

Llegará el momento en que alguien tilde al Instituto Cervantes de organismo retrógado

Vaya por delante un aviso: de Letras y de Física sólo se que no se nada; pero como la ignorancia es atrevida, hoy me apetece hablar de ambas. ¡Que los entendidos me lo disculpen!

Entre los papeles que me he encontrado en mi ya larga limpieza de archivo, hay un trabajo que hice mi último año en Granada, con la ayuda de Pepe Mira (†) catedrático de electrónica de allí, y Director que fue de este CUA. En el mismo hay un capítulo dedicado a la Entropía en la Información, ello a pesar de que "la Información es una magnitud sin dimensiones físicas". Pero veamos lo que le ocurre al locutor de radio cuando quiere transmitir información y que la reciban sus oyentes. Desde que en su cerebro nace una frase, elaborada por neuronas excitadas, se convierte en sonido, pasa al micrófono, sale al aire, la recibe un receptor de radio, y la emite en forma de sonido otra vez, que escucha el receptor, en el que por otro proceso neuronal llega a su mente.

Para no alargarnos: hace falta energía para transmitir y recibir los mensajes y para codificarlos y decodificarlos, luego por ahí aparece la entropía. Por lo tanto, pienso que no peco de osado si afirmo que todo está interrelacionado: Ciencia, Sociología, Letras, Comunicación y hasta lo que queda de Política como disciplina académica.

Por eso, quienes quieren enviar un mensaje a la sociedad, cuidan sobremanera el mensaje que lanzan, el momento en que lo emiten, el número de palabras que lo componen, el orden en que están "paridas", así como el medio que lo emite: internet, TV, radio, comentarios "sotto voce" y "off the record", entre otros. Dado que suelen ser mensajes tipo telegrama: corto, muy corto, que no haga falta una mente culta y preclara para interpretarlo, para procesarlo; no hace falta que estén muy despiertas las neuronas del receptor, ya que a los emisores del mensaje les beneficia que, a ser posible, estén sedadas. Es decir si el receptor no digiere, sino que asimila sin digerir, pues miel sobre hojuelas. Y si el receptor ni siquiera conoce el idioma, mejor para el adroctinador.

Ya aprobamos sin aprobar y aprendemos sin saber el idioma. Llegará el momento en que alguien tilde al Instituto Cervantes de organismo retrógado e instrumento adoctrinador auspiciado por los Reyes Católicos, porque puede que no sepan que fue un gobierno socialista quien lo fundó.

Así que el futuro: incultura, desconocimiento, mentes adormiladas. Por una vez, soy pesimista, porque veo al resto de la sociedad un "poquito demasiado tranquila". Pero, ¡siempre nos quedará la prórroga!.

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