Con ocasión de la extraordinaria nevada que ha azotado a una gran parte de España, hemos visto fotos de políticos de diferentes partidos y en distintas Comunidades Autónomas, ayudando a limpiar las calles. Las imágenes han tenido defensores y detractores, y generalmente los adversarios políticos son los que más han criticado los supuestos actos de demagogia. Reconozco que esas fotos nunca me han gustado por su falta de autenticidad.

La cuestión es que políticos de unos u otros partidos, aprovechan cualquier oportunidad o desgracia para sacarse una foto demostrando su solidaridad, entrega o campechanía. En verano tenemos las fotos de los políticos, cucharon a dos manos, removiendo gigantescas paellas. En la época de incendios, las de políticos manguera en mano ayudando en la extinción de las llamas. Hemos visto a políticos disfrazados de cocineros repartiendo raciones en comedores sociales, y a otros tirando de escobón para limpiar los efectos de una riada o de una lluvia torrencial. De lo que no se dan cuenta esos políticos es que la inmensa mayoría de la ciudadanía que ve esas imágenes es perfectamente consciente de que en realidad se trata de simples posados, y de que una vez hecha la foto o al ratito de hacerla, todo el mundo sabe que el político de turno dejara el cucharon, la pala o la manguera y seguirá con su vida. Con ello no quiero decir que esté mal que un político arrime el hombro y se ponga a quitar nieve o a ayudar en una catástrofe, la cuestión es que, si lo hace y está bien que lo haga, no sea publicar y difundir la foto el primer y casi único objetivo de su acción de solidaridad.

El manual de estilo de la política debería establecer que cuando un político quita nieve, limpia una playa o reparte comida, lo debe hacer sin fotógrafos y sin posados. Su acción de solidaridad tiene que ser auténtica y anónima, y tener como fin único y exclusivo ayudar a sus conciudadanos, sin obtener a cambio una foto que le haga más popular o humano. Ese mismo manual debería establecer que cuando ocurre una catástrofe, es normal que los políticos se desplacen y se interesen por la situación de los afectados y las víctimas, pero precisamente en esas circunstancias, mucho más importantes que la foto, son las decisiones políticas para afrontar y poner soluciones urgentes a las consecuencias de la catástrofe.

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