Desayuno con diamantes

José Fernando Pérez

Fuego sobre Igueriben

La interpretación historiográfica ha cambiado el foco de una historiografía donde predomina la imagen narrativa y metafórica condiciona la formulación épica e idealista que distribuye, hasta que se produce una metamorfosis en el acercamiento de los historiadores de los años 70 y 80 hacia el sujeto y su entorno (trinchera y retaguardia) y las consecuencias individuales que se nutren de las experiencias obtenidas de los "egodocumentos". La vida en la trinchera se convierte en uno de los temas más recurrentes en los historiadores de la misma a finales de los años 90, pues la experiencia de guerra total toma el papel preponderante en la comprensión y narración del alcance de la misma, poniendo el acento en el sujeto, combatiente o no, y no en la política que habría llevado al hecho.

El fenómeno de "brutalización" toma relevancia como explicación de los hechos que suceden a posteriori y que en buena parte conforman y son inicio de los movimientos y repuesta sociales así como los totalitarismos que surgirían a posteriori que se plantean en relación a tres componentes: brutalización, el deseo ultranacionalista y patriótico y la aceptabilidad de la violencia como consecuencia de las experiencias pasadas. A pesar de esta triada que explicaría abiertamente su nacimiento, no se puede explicar sólo por una naturaleza reactiva exclusivamente sino que hay una proactividad resultado de los años de guerra total que han influido en la sociedad abiertamente. Un laboratorio de influencias sobre la opinión pública es lo que supuso la Guerra de África. Inerte en nuestros momento recientes y magistralmente rescatado por escritores de la talla de David Gómez, al cual tuve el placer de acompañar en su presentación en la Biblioteca Villaespesa, que amplían la necesidad y corrigen el foco hacia temas menos explorados y sí englobados dentro del concepto de guerra total que afectan a la esfera de geográfica de regiones afectadas menos centrales y el crecimiento exponencial de la ciencia durante la guerra, hasta cuestiones de índole sexual que implican las relaciones entre sexos y la propia identidad sexual.

Construir una historia cultural a través de la experiencia militar, labor que queda por hacer para comprender la misma, es necesario para dotar de porosidad a una impermeable, hasta la fecha, enfoque de la Guerra de África, anticipo de lo que llegó a posteriori.

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