Fusilar con el "copiaypega"

Si el conocimiento no es de nadie, puede ser susceptible de plagio con la complicidad del fullero "copiaypega"

Copiar y pegar son acciones cómplices, cooperadoras necesarias, del plagio. Y el conocimiento enciclopédico -otra cosa es su rigor- de Wikipedia, como el dinero público, no es de nadie. Por esto mismo, debe ser de todos y resulta susceptible de plagio, esa copia de obras ajenas que se dan como propias al omitir la fuente y la autoría de los textos fusilados. Así, de esta forma coloquial, pone nombre el Diccionario a plagiar, copiar trozos o ideas de un original sin citar el nombre del autor.

Para atenuar de modo torcido la flagrante evidencia de tales fusilamientos -ni en el uso coloquial es pertinente el término-, suele considerarse un concepto algo elaborado, la "intertextualidad". Cuestión propia de la lingüística y que en modo alguno disculpa, o explica, la inclusión de textos ajenos entre los propios. La "intertextualidad" sostiene que la producción de textos y discursos, elaborados por distintos autores, puede compartir características propias del momento en que se elaboran, de los enunciados comunes, o de la estructura, la temática o el género. En definitiva, del acervo común de la comunidad lingüística, con un trasfondo asimismo cultural que comparten o intercambian tanto los emisores como los receptores de los textos. Y esto, bien claro está, no es el disimulado y más que fullero "copiaypega". Tan lejos una y otra cosa como la erudición de la ignorancia desaplicada u holgazana.Pues bien, la reciente dimisión de una ministra, el pasado martes, parece más debida a la evidencia del plagio de un Trabajo de Fin de Máster (TFM) que a las dudas o sospechas sobre otros aspectos -asistencia a clases, revisión de calificaciones una vez certificadas-, ya que contó con apoyos explícitos poco antes de difundirse informaciones sobre el plagio que precedieron a una rueda de prensa de la propia ministra para anunciar su dimisión. La fruición de los tertulianos omniscientes y de los activistas de las redes sociales tuvo, entonces, sabrosa provisión. Pero este asunto del plagio está más extendido aún de lo que parece, sin que con ello se disculpe el deber de ejemplaridad mayor de los responsables políticos. Además de ir en aumento el servicio de "negros" que redactan trabajos de fin de grado, de fin de máster y tesis doctorales por precios cada vez más ajustados ante la competencia. Sin embargo, convertido en arma política, acaso quepa mayor prevención ante el fusilamiento del "copiaypega".

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