Gabriel Amat, alcalde

Solo puedo decir que Gabriel Amat es un hombre tan querido actualmente como lo será recordado por todos

Unos días antes de la celebración de las elecciones municipales, estaba en el receso profesional tomando un café con otros compañeros y otros políticos, hoy ediles, y salió Él de la cafetería y tras levantarme para saludarle y por deferencia, dije a viva voz, que ante todo el Alcalde, Gabriel Amat, era para mí mucho más que un político, que mi jefe como máxima autoridad municipal, era y es un padre, al que siempre la lealtad institucional y personal la mantendré, incluso el día, espero y deseo que cuánto más tarde mejor se aleje del arte de la política municipal.

Por ello, tras la toma de posesión con solemnidad en el Salón de Plenos por séptima vez concatenadas como Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de esta Villa tan mediterráneamente bella e indalianamente coqueta, una gran ciudad que en los últimos veinticinco años ha cogido ese halo de capitalidad con un vetusto pasado, un presente floreciente y un futuro esperanzador y cuyo director de estos compases sinfónicos por sus habilidades de liderazgo y capacidades profesionales ha sido Gabriel Amat Ayllón. Con el Alcalde todos tenemos las puertas abiertas, nunca se han cerrado a ninguna inquietud o demanda, no solo ciudadana, sino a nivel funcionarial, siempre abierto, conciliador, dialogante, en permanente situación de disponibilidad, mirando enamoradamente siempre y con ilusión el futuro de Roquetas de Mar y la provincia de Almería. Estimados lectores, he estado siempre muy cerca de Él, y solo puedo decir, sin duda a equivocarme, que Gabriel Amat es un hombre tan querido actualmente como lo será recordado por todos, no solo en Roquetas de Mar, por ser una persona sencilla con unos valores humanos y espirituales que tanto han hecho y seguirán haciendo por el bienestar de las personas, de los ciudadanos, especialmente, de quienes se encuentren más necesitados. En fin, me alegro de corazón y sí estima oportuno el Sr. Director de este digno periódico su inserción, expresar sucintamente y sin más palabras, que por encima de cualquier tipo de tribulaciones mediáticas, en Gabriel Amat Ayllón encontramos los sentimientos de honestidad y entrega, los pilares que soportan su hoy reconocida calidad humana, tanto a pie de calle como desde la solemnidad protocolaria en la Casa Consistorial.

Gracias Alcalde por haberte conocido al igual que a tu amada familia y perdón en lo que haya podido fallarte fruto de las debilidades humanas. Qué Dios te bendiga.

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