Las elecciones del 2-D se presentan como una gran oportunidad para los andaluces de cambiar las cosas. Si algo ha quedado claro en estos días de campaña es que se necesita, y con urgencia, un nuevo gobierno en Andalucía que sea capaz de girar y transformar las políticas caducas del PSOE que, desde hace años, tiene bloqueada a esta tierra. Estamos ante la decisión de elegir 'Sí' a la alternancia de poder, a la regeneración y a un proyecto serio o el 'No' a esa Andalucía de +paro, +listas de espera y educación precaria o +impuestos que nos proponen los de siempre que, por cierto, ya sabemos los andaluces como gobiernan tanto en solitario como en pacto con IU o Ciudadanos. Si lo analizan verán que pocas diferencias y mejoras hay entre unos periodos y otros. Sí los andaluces estamos cansados de ver que seguimos a la cola por las listas de desempleo, la falta de una buena planificación y política fiscal que atraiga nuevas empresas, de sufrir la fuga de médicos, el colapso de los centros hospitalarios, autovías proyectadas y sin acabar hace más de 30 años, debemos de pensar muy bien nuestro voto. Y, sobre todo, entender que el valor de cada una de papeletas ante nosotros para romper la balanza. Si de verdad se quiere el cambio hay garantizar que así sea. Y ahí entra en juego la realidad y ese baile de sillas al que, esta misma semana, ya hemos visto jugar a Marín y Rodríguez con su 'coqueteo' con Susana Díaz. Por eso, por convicción y lógica, creo que el cambio está en el programa, las ideas y las propuestas para dar solución a los problemas que arrastra Andalucía desde hace 36 años. En ellas hay que mirar, también, si se refleja el futuro de nuestra provincia que necesita un gobierno fuerte que luche por nuestros intereses en Europa. Juanma Moreno lo tiene claro lo primero es comprometerse con una bajada masiva de impuestos para atraer talento, empresas y crear más de 600.000 empleos en toda Andalucía, garantizar el AGUA a Almería para que su agricultura siga siendo sostenible y competitiva, promover una política responsable y ordenada de la inmigración, poner fin a la Autovía del Mármol y mejorar las comunicaciones. Quizás por ello, en esta recta final, apele a que todos impongamos en nuestra decisión de voto la coherencia frente al sentimentalismo para pensar, de verdad, en los intereses generales de Andalucía y garantizar ese cambio que necesitamos en Almería para acabar con años de incumplimientos y abandono en materia de infraestructuras al que nos ha sometido los distintos gobiernos andaluces. Y, sobre todo, sea como sea acudir a votar.