Genio y figura

Cuando peor estábamos, Moreno Bonilla pedía el fin del estado de alarma y ahora quiere prolongarlo

Este fin de semana concluye el estado de alarma, una figura legal que nos ha facilitado afrontar con garantías los peores meses de la pandemia. La reducción de la tasa de incidencia y la extraordinaria evolución de la vacunación nos permiten ser moderadamente optimistas en este nuevo escenario, aunque siempre bajo la premisa de que el virus sigue entre nosotros. Responsabilidad, por tanto.

En todo caso, ha llamado poderosamente la atención que el Gobierno andaluz de las derechas haya hecho de esto un nuevo elemento de confrontación con el Gobierno de España, máxime cuando hace justo un año Moreno Bonilla pedía la finalización de esta figura jurídica. Es decir, cuando peor estábamos quería que decayera y ahora se queja de que no se prolongue.

Lo más delirante es que a la vez que critica al Gobierno de España por no extenderlo, el presidente andaluz da a conocer un calendario de aperturas que echa por tierra todas sus críticas. Decir una cosa y la contraria es algo muy común ya en Moreno Bonilla.

El Gobierno andaluz lleva meses usando la pandemia para confrontar con el Ejecutivo central y generando una enorme confusión. Resulta indecente que se trate de engañar a la gente de esta manera, puesto que la

comunidad tiene herramientas legales suficientes para adoptar las medidas que considere oportunas tras el estado de alarma.

Pero no nos dejemos engañar. Mientras Moreno Bonilla desvía la atención, la realidad que viven los andaluces y andaluzas es de una total incertidumbre, puesto que el Gobierno de PP y Ciudadanos no avanza ni un solo milímetro en lo que ya debería estar sobre la mesa para iniciar la recuperación económica.

Así, es preciso recordar que el presidente andaluz ha dejado de invertir en dos años 900 millones de euros en políticas de empleo y ha eliminado los planes de empleo que el anterior gobierno socialista puso en marcha junto a los ayuntamientos. Esta medida es hoy más necesaria que nunca, y si no que vayan y se lo pregunten a las miles de familias que sufren el desempleo en la ciudad de Almería, Roquetas de Mar o El Ejido, por ejemplo.

Estos planes, además, deben ir acompañados de un refuerzo de la sanidad pública y de un apoyo económico potente de la Junta a los sectores que peor lo están pasando, como el turismo, la hostelería o el comercio.

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