Opinión

Joaquín Pérez de la Blanca

Gracias, constitución

Un año más conmemoramos la fecha en la que el pueblo español ratificó en referéndum el texto normativo más importante de todo nuestro ordenamiento jurídico que sirvió de base y de referencia al modelo constitucional vigente actual, además de erigirse como norma suprema para todos. En el plebiscito del 78 el pueblo español aprobó con un rotundo 87,9% de apoyos o votos favorables el conjunto del texto constitucional. Significativo fue el respaldo en comunidades autónomas como Cataluña, del 90,5%, Andalucía o Canarias, con un 91,9% de votos a favor del mismo. El espíritu del 78 y de la transición en general, significó para el resto del mundo un ejemplo de modelo de cambio de sistema dictatorial a democracia avanzada.

A nadie escapa que el contenido del texto constitucional estuvo claramente marcado por el modelo social y cultural de la época: en la parcela de la educación, en la configuración de los derechos y libertades, en la aconfesionalidad del Estado… Influenciado estuvo también por el entorno político que buscaba llegar a un entendimiento y por nuestra afortunada conexión europea, cuyos sistemas y modelos de Estado nos fueron muy útiles a la hora de decidir y construir el nuestro; un modelo por el que se consagra el modelo autonómico, se instaura la monarquía parlamentaria, la doble cámara de representación legislativa, se reconoce el estado del bienestar, los estándares económicos, etc. Sin duda todo es mejorable; tratándose de una norma que cumple 43 años, parece lógico que con el tiempo debamos darle un lavado de cara.

Ahora bien, ni tanto ni tan poco. Hay cuestiones que debemos mejorar, como una verdadera separación de poderes en aras de evitar intromisiones ilegítimas e interesadas, y cuestiones que, a mi juicio, no debemos tocar puesto que estaríamos desvirtuando la esencia misma de la propia Constitución, como puede ser la configuración de España como nación y la soberanía del pueblo español como dueño y señor de su futuro y del destino que habrán de tener cada una de las partes que conforman el país. Es cierto que cada cierto tiempo unos y otros abogamos por la modificación en cuestiones particulares, dependiendo del momento; no me cabe duda que la Corona hace apenas un año estaba en tela de juicio, pero ahora, sin embargo, parece que la gran mayoría apuesta por este sistema que tantos beneficios en materia de unidad, representatividad, estabilidad y buen hacer está demostrando.

o cierto es que se ha consolidado un modelo de Estado como un sistema democrático avanzado, en el que se han instaurado definitivamente las Autonomías con un elenco competencial ambicioso, con un sistema normativo rígido, solvente y garantista, que ha generado un modelo social moderno con unas cotas de bienestar de las más altas del mundo, y buenas pruebas de ello lo son nuestra edad media de vida y nuestro sistema sanitario universal.

¡Gracias Constitución!

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