Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Guadaña yihad

Deberíamos estar alerta ante la escalada del terrorismo en el ranking de causas de muerte

Más de uno ha escuchado el silbido de la guadaña pasar cerca, su helada brisa paralizarte el alma. El sábado, mientras se concedía unos minutos para fumarse un pitillo haciendo una pausa en su trabajo en Borough Market, un joven cercano asistió a dos apuñalamientos y a la posterior balacera que acabó por abatir a los tres musulmanes que han dejado -otra vez- decenas de muertos, lisiados y heridos, en Londres. Es cada vez más probable que algún conocido nuestro, si no uno mismo, haya oído bombazos, disparos a quemarropa o presenciado el pánico colectivo en un aeropuerto, un concierto o un restaurante. No hay que ser fatalista para darse cuenta de que morir en un ataque de islámicos que odian a la sociedad occidental es una forma cada vez más probable de morir.

Si no fuera de esperar por -agua y aceite- la improbable integración de culturas distantes en el estadio religioso y político, deberíamos estar alerta ante la escalada del terrorismo en el ranking de causas de muerte. Desconcertados también por el hecho de que sean europeos de pasaporte con nombres árabes quienes más están deseando matar a sus conciudadanos en los países que emplearon la mano de obra de sus padres y abuelos a cambio de unas condiciones de trabajo que ni soñarían en sus tierras originarias, regidas por el miedo a la autoridad, por el atraso social, la infracondición feminina y la tiranía de amos que tuvieron suerte al encontrarse un líquido negro debajo del desierto moteado de pedruscos y cagadas de chivo.

El enemigo está dentro. La tolerancia con el yihadismo ha sido negligente, y como ahora dice la premier Theresa May, urge atacar al enemigo interior, pero también a sus reductos en Siria e Iraq. Intervenir en internet, donde anida la serpiente, sin complejos. Perseguir los cultos que incitan a matar o tan sólo a odiar dentro del país que no tolera tal cosa a, permitan el término, sus propios indígenas.

Resulta inevitable no acordarse ante estas matanzas de posturas de la izquierda pamplina, que se alimenta de verborrea y de una ridícula mezcla de progresía y defensa de la barbarie: lo mismo defiende un show trans ante una iglesia que apoya a aquellos que lapidarían a dichos transexuales. "Que la lucha del pueblo árabe crezca en todo el continente y, como pólvora, salte a Europa y Estados Unidos": apuesto a que quien esto dijo -¿se refería e matar, no?- no tardaría más que otros en ser pasado por la cimitarra o la guadaña, a unas malas. Ah, el autor: el ideólogo de trinchera de Podemos, Juan Carlos Monedero.

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