El"Guernica" es algo más que una obra de arte. Cada vez que he estado delante de la inmensa obra han pasado delante de mis ojos y clavadas en el alma, imágenes que nunca debieron suceder. Fue el último exiliado que llegó a España tras la muerte del dictador Franco y el más esperado de todos.

El "grito" del malagueño Pablo Ruiz Picasso al horror de todas las guerras, y a ese cruce de guadañas fraticidas que fue la incivil guerra española. Un encargo de la República para la Exposición Internacional de Artes y Técnicas de París de 1937 se convirtió en todo un símbolo de la libertad, de medidas 351 cm. x 782 cm. y 300 kilos de peso. Tal vez la anécdota más famosa sea la sucedida durante la ocupación alemana de París en la II Guerra Mundial. Un oficial nazi, visitando el estudio del pintor al ver la fotografía del Guernica -menos mal que el cuadro ya estaba en Estados Unidos- le preguntó a Picasso: ¿Usted ha hecho esto? y el genio le contestó: "No…esto lo hicieron ustedes".

Picasso decide que su obra embarcara para Estados Unidos a bordo del buque "Normandie". Entra en escena el diplomático, poeta, periodista y profesor granadino Miguel Pizarro Zambrano. Éste se encuentra en París y Picasso le hará personalmente el encargo de custodiar el lienzo hasta Nueva York. El "Guernica" saluda a la estatua de la Libertad el 1 de mayo de 1939.

De vuelta a casa, después de un largo periplo y exposiciones, la inmensa e inmortal obra aterrizó en Madrid, el 10 de septiembre de 1981, a las 8:30 de la mañana, por lo tanto se cumplen 40 años de la vuelta a nuestro país. Las impresionantes medidas de seguridad sorprenden a los pasajeros en Barajas. Una caravana compuesta por motoristas, varios "Jeeps" de la Guardia Civil, "Geos", Policía Municipal, etc. custodian el cuadro hasta el Casón del Buen Retiro, donde estuvo su primera estancia. Regresó el "Guernica" a la España de las libertades, pero hubo muchos españoles que no regresaron y se quedaron olvidados aún por la historia.

En 1966, el correo checoslovaco emitió un sello postal con la obra. La impresión de 15 sellos cada pliego con la imagen y la firma de Picasso, con el valor de 60 heller, como era de esperar el sello fue "excomulgado" por el gobierno dictatorial de España.

Desde 1992 "reside" en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de donde ya no saldrá después de un largo camino.