La tapia con sifón

Guías y fotos

Una de las preguntas que más me hacen amigos, conocidos y desconocidos es si han abierto algún bar o restaurante

Una de las preguntas que más me hacen amigos, conocidos y desconocidos es si han abierto algún bar o restaurante. Buenos, se entiende, o al menos pasables. Se ve que no se fían mucho de los tripadvisores, atrápalos y demás "guías" basadas en las opiniones de todo el que quiere dejar la suya en tales portales. He entrecomillado "guías" porque no lo son; no puede uno guiarse por unas pocas decenas de "comentaristas" de los que no sabemos sus conocimientos ni, lo que es peor, sus intenciones: intereses, amistad/enemistad, o simples ganas de "peer en botija". Las pocas veces que echo un vistazo a esas clasificaciones se me quitan las ganas de volver a hacerlo para mucho tiempo. Las calificaciones medias suelen ser sospechosamente altas -casi ningún local baja del cuatro sobre cinco- y te encuentras que, un poner, Casa Joaquín o La Costa tienen la misma o menor puntuación que el "chino" del barrio y que esa espantosa freiduría que te hace cambiar de acera cien metros antes de llegar a su altura.

Eso sí, fotos hay para enterrar a Pérez Siquier con todo el grupo AFAL. La mayoría son muy malas, claro, pero no hay quien se prive de "inmortalizar" cada tapa, ración y tinto de verano que se toma. El otro día me contó un amigo una conversación oída en un restaurante de Madrid, que ilustra con mucha gracia lo que está ocurriendo con la fiebre retratista que nos abruma. Un cliente le dijo al camarero: "Tráiganos la carta, porque no me queda batería para el menú degustación". Mi amigo, un forofo de las fotos y del móvil en general, dice que sufrió una revelación y pensó: "No vuelvo a retratar los platos, al restaurante se va a comer, no a hacer fotos". Ya veremos si le dura el propósito.

Reinicio y doy algunas pistas: me ha impresionado muy favorablemente el bar Barro (frente al Estadio de la Juventud); tengo que volver un par de veces para comentarlo con detalle y fundamento. En el debe, han cerrado dos de mis bares favoritos: Pimienta Rosa y El 6. Volverán a abrir, aunque con empresas distintas, ya los cataremos. En cuanto a Roberto, se traslada a La Térmica, un local que ha pasado por muchas manos y no ha cuajado ninguna. Todo un reto. En el caso de Manu, ignoro si montará algo, similar o no, al Pimienta. Cuando vuelva de vacaciones a lo mejor ya tengo algo interesante que comentar.

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