Guirao y el centro Pérez Siquier

Se cansa uno de la arrogancia y el ninguneo que gastan los servidores públicos de este país

En los Presupuestos del Estado para este año, aprobados en mayo por el anterior gobierno y asumidos por el nuevo, figura una partida de doscientos mil euros para la ayuda a la construcción de la ampliación del Centro Pérez Siquier. El costo total de las obras asciende a seiscientos mil. Ante la imposibilidad de finalizar antes de fin de año unas obras que aún no han comenzado, se hace imprescindible prorrogar la partida económica a los presupuestos del año que viene. Así nos lo han hecho saber los funcionarios del Ministerio que están llevando el asunto, advirtiéndonos de que es necesaria la decisión política favorable -del nuevo gobierno o del ministro, se entiende- para hacer efectiva esta prórroga. El caso es que, anoche, en el Teatro Real de Madrid, durante la presentación de la candidatura gastronómica de Almería, tuve un fugaz encuentro con Pepe Guirao en el que le recordé este asunto. Le dije "tenemos una partida de doscientos mil euros para la ampliación del Centro", y me contestó irónicamente que "ya tenéis más dinero que todo el Ministerio junto". No hubo posibilidad de más conversación pues escurrió el bulto ipso facto. Se limitó a facilitarnos el nombre de su jefe de gabinete para que, desde la fundación, le pidiéramos cita. Eso sí, antes de finalizar sólo manifestó su deseo de tener una reunión, lo antes posible, con Paco Cosentino. Desde nuestra fundación, a parte de la citada ayuda, habíamos adquirido el compromiso con el anterior Director de Bellas Artes, Luis Lafuente, de prestar temporalmente obras "invitadas" a los museos Sorolla, Romántico, Cerralbo y Tabacalera, todos de Madrid y dependientes del Ministerio. El proyecto era una especie de "desembarco" de los museos de Almería -gestionados por la fundación- para mostrar en Madrid la riqueza de nuestros fondos. Con la entrada del nuevo Director designado por Guirao, Román Fernández-Baca, y siguiendo instrucciones de los funcionarios, le envié hace dos meses una carta electrónica solicitando su postura al respecto, para saber si asumía el proyecto de su predecesor o si, por el contrario, lo abortaba. No he obtenido respuesta alguna. A estas alturas de la película, y con el curriculum de gestión cultural que atesora la fundación, se cansa uno de la arrogancia y el ninguneo que gastan muchos servidores públicos de este país, que ni siquiera se dignan en contestar. Urge que el Ministerio dé la cara pues hablamos de proyectos trascendentales para el desarrollo cultural de la provincia.

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