La tapia con sifón

Hace más de diez años

A pocos metros está uno de los mejores bares de Almería, Salitre, que se subtitula "Bar de vinos"

Entre 2010 y 2011 publiqué en el diario hermano Ideal setenta y siete artículos con el título genérico Gastrofilias sobre productos, comidas, bebidas, etc., que me gustaban especialmente. La idea era reunir cien en un libro. Ahora que tengo más tiempo se me ocurrió revisarlos por si le metía mano a aquella vieja idea. En el primero, marzo de 2010, me encuentro con que se acababa de jubilar Gregorio Jiménez, el fundador del bar Bonillo. ¡Doce años ya! Lo relevó Joaquín, su cocinero de toda la vida. En ese mismo artículo, que se llamaba "Tapas", comentaba la novedad que representaban los gastrobares. Reproduzco un párrafo: "se está llevando a cabo una importante renovación de la tapa en muchos lugares de España. Lo último en esto es el "gastrobar", neologismo que ampara unos bares regentados por cocineros de vanguardia, con precios asequibles conseguidos a base de utilizar materias primas de temporada, y de componer las cartas con tapas tradicionales actualizadas y otras de autor, elaboradas con alimentos de cotización más barata. Varios gastrobares se han dado cita en La Costa, donde han coincido tres chefs con estrella Michelín: Dani García de Málaga, Alejandro, de Roquetas y el anfitrión, José Álvarez".

Sólo dos años después ya se había desprestigiado la novedosa palabra. En diciembre de 2011 escribí: "cada semana se inaugura algún gastrobar. En uno de ellos he probado las peores patatas fritas con huevos rotos de mi vida: fritas en aceite pasado y recalentadas; los huevos se secaron al recalentarlos, y el jamón ibérico de bellota que era de sobre y la raza del cochino más que dudosa (…) Habrá que ir buscando otro nombre para los buenos gastrobares, que también los hay". Hoy casi nadie le pone ese apellido a su bar. El referido de La Costa se llama ahora "La barra de José Álvarez", y ofrece una gama de tapas, raciones y vinos del más alto nivel. Bonillo se sigue llamando bar y, aunque también se ha jubilado Joaquín, sigue haciendo las mejores bravas de España; la clientela se desborda por las dos aceras de la calle de Granada. A pocos metros está uno de los mejores bares de Almería, Salitre, que se subtitula "Bar de vinos". Abrió poco antes de la pandemia y se mantiene lleno a reventar, con estupenda comida y una carta de vinos por copas interesantísima. La calidad perdura.

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