Haikus, una poesía universal

No voy a decir que los haikus, ingenuidad y espontaneidad, han cambiado mi vida, pero sí han aportado una sensibilidad nueva

En un reciente viaje a Granada por motivos personales, pasé por la librería Flash, en calle San Antón, a saludar a mi amigo Nicolás. Librero dónde los halla, y me propuso iniciarme en la lectura de haikus, esa quintaesencia de la poesía japonesa. Un servidor, la verdad, nunca había transitado por esos pagos y aceptando el siempre buen criterio de Nicolás me dispuse de buena armonía a introducirme en este tipo de lectura. Para situarlos en el tema, les diré que es un poema breve, sencillo, compuesto por tres versos de cinco, siete y cinco sílabas, que normalmente expresa un contenido sencillo de la naturaleza, que, a pesar de su aparente insignificancia, se convierte en singular. La cultura japonesa es fascinante en todos sus aspectos. Es una cultura sencilla y de lo cotidiano.

Nicolás me llevó a los estantes donde su bien surtida sección de literatura japonesa me sorprendió y allí hurgamos por los tomos por donde empezar mi andadura. Un tomo que aunque siendo de varios autores fuera a la vez suficientemente representativo de este singular género: "Haikus de las estaciones", fue el elegido, en el que aparecen autores con son Basho, Issa, o Siki. Todos ellos en sus poemas tienen una gran capacidad de evocación. El libro se halla dividido en cuatro grandes secciones que contienen más de doscientos haikus, según la estación del año que evocan. Se tratan temas como la niebla, la nieve, el silencio de la noche, los pétalos cayendo de un cerezo florecido, el goteo de la lluvia en un tejado, siempre con un tratamiento ameno y sencillo. Son pequeños poemas que evocan más que dicen. Es el lector el que los termina con su propia sensibilidad.

Ni que decir tiene que este género literario es de una lectura que puede resultar apasionante para quien se acerque con ansias de belleza. Es un género que produce gratos momentos de hermosa lectura. Del Japón no solo apasionan las formas artísticas sino también las corrientes religiosas, filosóficas o intelectuales, en especial el budismo. La estética japonesa no ha cesado de seducirnos e intrigarnos. Todos buscamos en ella otro estilo de vida, otra visión del mundo y su sentido.

No voy a decir que los haikus, ingenuidad y espontaneidad, han cambiado mi vida, pero sí han aportado una sensibilidad nueva. Son pequeñas perlas de paz y belleza, algo muy necesario en nuestra ajetreada vida.

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