La tapia con sifón

Helado y granizado

Por algún motivo que no tengo muy claro, las heladerías almerienses solo abren medio año

Por algún motivo que no tengo muy claro, las heladerías almerienses solo abren medio año, más o menos, desde Semana Santa hasta el veranillo de los membrillos. Supongo que piensan que los helados son para el verano, como las bicicletas de Fernando Fernán Gómez. Y, bueno, aparte del hecho meteorológico evidente de que en Almería solo hace frío de verdad unos cuantos días al año, los helados están igual de apetitosos en invierno. Es más, se disfrutan mejor porque el alto contenido en calorías no los hacen ideales para el verano. Y la mucha azúcar te da más sed de la que te quita el helado. Aunque apetecen porque dan sensación de frescor, lo mejor para la sed y la calor son los granizados, que solo llevan agua, zumo de fruta o café y azúcar (se puede sustituir el azúcar por edulcorantes sin grave daño gastronómico puesto que no se aplica calor en la elaboración). Eso los auténticos, claro, porque lo que suele haber en esos cilindros giratorios con una hélice interior es indescifrable para el paladar humano medio. No es fácil encontrar granizados de calidad. Bueno, tampoco helados: los industriales llevan más aditivos que leche o huevos. Y los de las "gelaterías artigianales" no les andan lejos. ¿Es que el zumo de limón de color amarillo canario? ¿Y las fresas de color fucsia? No hablemos ya de esos helados azul fosforito o marrón caca. El ganador del año pasado del premio al mejor helado artesano de España decía que si el color no es el del producto natural, el helado tampoco lo es. O sea, que son tan artesanales como las croquetas "caseras" de nuestros bares de tapa. Y sálvese quien pueda, que habrá excepciones. Yo, desde que cerró Bico Dexado, solo he encontrado otra, y además en la misma calle, la del Obispo Orberá. Está junto al teatro Apolo y se llama Abuela Illi. Es una chocolatería alpujarreña que el año pasado añadió a su oferta una docena larga de helados artesanos de verdad. Y unos cuantos granizados que hacen de una manera poco ortodoxa pero muy interesante: en la máquina habitual citada arriba solo tienen agua con azúcar. Cuando pides un granizado de limón, te exprimen un par de frutos en el acto y añaden el zumo a la copa con el agua dulce granizada. Si es de café, te elaboran un expreso en el momento. También los hacen de naranja, de frutas tropicales y de mojito, que no lleva alcohol, pero tienen una botellica de ron a mano por si alguien lo quiere "completo". Cierran a eso de las once de la noche o más tarde en fin de semana. Espero que mantengan la oferta todo el año. Especialmente la de helados, que están más ricos, insisto, en invierno.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios