Libertad Quijotesca

Homenaje a la Constitución

Unidos por nuestra Constitución y Cultura. Tenemos el derecho y el deber de mejorarlas

Una de las piezas más hermosas que compuso Salvador Bacarisse (Madrid 1898-Paris 1963) fue Romanza del concertino para guitarra y orquesta, en la menor Opus 72. Los años y las lecturas, me han llevado a pensar que es la banda sonora que acompaña y define musicalmente a nuestra Constitución de 1978. Su autor la compuso mucho antes de que llegara la Democracia a España, no obstante, la serena y decidida pasión por la libertad que transmite, la engalana con su riqueza de matices. La guitarra es protagonista de la partitura, y Almería está íntimamente ligada al desarrollo de tan delicado instrumento a través del talento y buen hacer del maestro guitarrero Antonio Torres Jurado (1817-1892) padre de la guitarra española moderna. Apasionante la historia de su famosa guitarra "La Invencible". Buscando conjugar con armonía y belleza el verbo unir, cada seis de diciembre los españoles conmemoramos la existencia, el hecho meritorio de nuestra Constitución de 1978. La Carta Magna, norma suprema del ordenamiento jurídico español, fue votada en referéndum y aprobada por amplia mayoría ciudadana. Entró en vigor el 29 de diciembre de 1978; el mismo día en el que se publicó su aprobación en el Boletín Oficial del Estado. 42 años de vigencia. 16 años del asedio declarado en 2004. Desde entonces se la ha sometido a todo tipo de transgresiones con el objetivo de acosarla y derribarla. En esa trágica realidad estamos instalados a día de hoy. Queridos lectores, la música de Bacarisse me acompaña mientras escribo. Recuerdo con emoción muchos de los comentarios que he leído sobre esta Romanza. Por ejemplo: "Si algo pudiera definir de forma elegante y con refinamiento el sentimiento de un español, sería algo como esto". También "Parece la banda sonora del dolor de España, que llevamos matándonos de tragedia en tragedia desde hace siglos". Nuestra Constitución nos une a todos españoles, con iguales responsabilidades y derechos ante la Ley de nuestro Estado de Derecho, sin importar el lugar de nacimiento o las circunstancias. No es perfecta, como no lo es nuestra sociedad, como no lo somos ninguno. Es nuestro derecho y deber mejorarla porque es nuestra segura vacuna ante la barbarie totalitaria. Medicina eficaz para la fiebre del abuso de poder y las ansias de dominio de los sátrapas. Pongamos en silencio y olvido el ruido de discordia ¡Viva La Constitución ¡

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