Libertad Quijotesca

Hoplitas sin escudos

Suplantar los hechos, la verdad, por la propaganda, es aniquilar la Democracia

Tucídides fue un historiador y militar ateniense del siglo V a.C. Escribió una de las obras más importantes que nos legó la Antigüedad, por su certero análisis sobre la condición humana y sus conflictos: Historia de la Guerra del Peloponeso. Narra la guerra que enfrentó a Esparta y Atenas hasta el 411 a.C. "El verdadero, el temible enemigo es el error en el cálculo y en la previsión" nos enseña Tucídides. Especialmente desde el siglo VII a.C. las polis griegas entendieron que la guerra, la defensa de su territorio y sus vidas, no era competencia exclusiva de los Aristoi, debía estar implicado todo el pueblo. Ese fue el origen de los ciudadanos-soldado: Hoplitas. Debidamente organizados, preparados y pertrechados. Su nombre viene del hoplón "equipamiento o artículo de armamento". Era el escudo que empleaban. Cada día escuchamos que enfrentamos una guerra con esta pandemia. Los ciudadanos fuimos conscientes de ello, a pesar y por las acciones o inacciones de nuestros gobernantes, como viene siendo habitual en la historia de España. Un amigo, abogado de vocación y mérito, me planteó la siguiente reflexión: si estamos en una guerra, ¿por qué nuestros sanitarios, cuerpos de seguridad del Estado, todos los ciudadanos…no tenemos los equipos necesarios para enfrentar al Coronavirus? Nuestros hoplitas salen a batallar sin escudos, sin hoplón, sin los pertrechos necesarios. Recordé con ira creciente, los centenares de imágenes que durante décadas hemos visto de los mil y un conflictos bélicos que en este mundo se han dado y se dan. La población podía morir de hambre y enfermedad: pero a los señores de la guerra y sus huestes nunca les faltaban armas, balas, aparejos de guerra y coerción. Batallamos contra la enfermedad y también bregamos con la maldad de quienes no respetan, ni han respetado la responsabilidad que significa gobernar. No dominan la gestión pública, tampoco les importa. Desde hace décadas solo les ha preocupado la propaganda. Después de todo es más que conocido que una mentira repetida hasta el hastío; se hace verdad. La mentira domina nuestro presente y ha sido empleada para apoderarse del poder sin límite alguno. ¿Qué es poder sin límites? Horror. De nosotros depende que defina nuestro paso por la Historia. Mentira es violencia. Escribió Tucídides: "Quien puede recurrir a la violencia no tiene necesidad de recurrir a la justicia".

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