La tapia con sifón

Huesos de muerto

Ignoro si en EE UU hay comidas típicas de Halloween, algo harán con la carne de las calabazas

Las fiestas siempre van asociadas a comidas especiales para esa celebración, con predominio claro de los dulces: mantecados y turrones en Navidad, roscón de Reyes, torrijas, roscos, pestiños, papaviejos, etc. en Cuaresma, huesos de santo y buñuelos en Todos los Santos… y otros específicos de muchas localidades. No podían faltar, pues, comidas típicas de Halloween. Este año, a los caramelos y huevos estrellados (estrellados en las puertas y fachadas) se han sumado patatas y naranjas. Y no ha sido para hacer un remojón alpujarreño, sino para lanzarlos a los autobuses urbanos de Almería. Cambiamos el aburrido consumo de castañas, higos secos con almendras y miel o buñuelos, por un divertido tiro al blanco contra casas y vehículos. Esperemos que no ataquen a personas, que una papa bien lanzada puede matar. Entonces podríamos inventar unos "huesos de muerto".

Ignoro si en EE UU hay comidas típicas de Halloween, algo harán con la carne de las calabazas que vacían para hacer lámparas. Si es así, pronto habrá un espabilado que lo fabrique y comercialice con gran éxito, igual que ofrecen ya algunos restaurantes "comidas de Acción de Gracias". En esta atrasada y aburrida tierra, con la calabaza hacemos, entre otras cosas, cabello de ángel, una suerte de mermelada aromatizada con limón y canela, que está gloriosa como su nombre indica. El pastel cordobés es un "chambi" de hojaldre y cabello de ángel, muy parecido al dulce llamado bayonesa, muy apreciado en Almería aunque no sea exclusivo de aquí. En realidad son casi lo mismo, aunque los cordobeses lo hacen redondo en vez de cuadrado y a veces le añaden jamón, un contraste interesante. Uno de los mejores se puede comprar en la antigua (1940) pastelería San Rafael, en la calle del Cardenal Portocarrero, en el Brillante, al norte de la ciudad. No menos antigua es la almeriense Santa Rita, sita en la plaza homónima, que es descendiente de la famosa pastelería del Barrio Alto. Alejandro Pérez, bisnieto del fundador, hace unas bayonesas magníficas; no se encuentran fácilmente hojaldres tan auténticos. Sigue elaborando los famosos merengues de su bisabuelo, su abuelo y su padre. Estos merengues son de los que ya no se hacen; hoy casi todos los obradores usan unas pastas industriales espantosas con textura de espuma de afeitar. Pruebe y compare.

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