LA SED E INANICIÓN DEL GOBIERNO

Escapa a la lógica y razón que el mayor ataque a la democracia se quiera despachar por el Gobierno

Mientras sonreímos después de escuchar decir a Ciudadanos que no volverá a pactar con el PSOE en Andalucía, y nos hacemos los sorprendidos al oír a Dolores de Cospedal cómo intentaba contratar a Villarejo para elaborar un informe sobre su "compañero" de partido Javier Arenas (pero "baratito" eh, porque están "tiesos"), aparece en escena a final de semana la Abogacía del Estado para presentar su escrito de acusación, frente a los políticos responsables de los disturbios y la declaración de independencia de Cataluña del pasado año. Los acusa de sedición, pero no por rebelión.

La polémica no es tanto por dicha acusación, aunque contradice la calificación del juez instructor y la Fiscalía, y también la lógica procesal penal (siempre se va a lo más), sino en cómo ha virado para ello la Abogacía del Estado, en el último segundo, y el motivo del giro, que señala directamente a las órdenes del Gobierno, a la postre, su cliente.

¡Bendito Ministerio Fiscal! Porque escapa a la razón y la lógica que el mayor desafío y ataque a nuestra actual democracia -obviando a Tejero- se quiera despachar por el Gobierno como una simple riña de colegio, con una collejita y a casa.

Y la polémica va en aumento cuando, queriendo defenderse lo indefendible -modus operandi del "sanchismo"-, se dice sin sonrojo alguno en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de ayer por Carmen Calvo y Dolores Delgado -la "Ministra de Justicia"- que se ha dejado trabajar con libertad y sin injerencia alguna a la Abogacía del Estado ¡Ea! Y todos tan panchos.

No se lo cree nadie, y los hechos lo demuestran. La Abogacía del Estado no es independiente, depende del Gobierno, no es la Fiscalía. Asimismo, hasta hace cuatro días la Abogacía del Estado había reconocido, o por lo menos aceptado, la tesis del delito de rebelión mantenida por el fiscal y el instructor, hasta que el magnánimo Pedro Sánchez decidió - por arte de magia, o a causa del "pan tumaca"- ver sedición donde antes veía rebelión. Como diría el cómico Eugenio, Oye, tú, unos votos en el Congreso no veas como aclaran la vista.

Y, lo último, para el escrito de acusación se aparta al abogado que dirigía el caso y lo firma la abogada general, un puesto designado a dedo, ¿por quién? Por los mismos que piensan que nos lo chupamos. La primera responsabilidad de un líder es definir la realidad. Algunos viven en los Mundos de Yupi.

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