Me colocaría la mano en el pecho, si pudiera hacerlo mientras escribo, para aseguraros que he evitado hacer comentarios sobre el Paseo. Pero, volviendo a leer declaraciones del alcalde en las que afirma que los colorines no se han entendido y que ha tenido que mandar una carta pidiendo disculpas a residentes y comerciantes y aclarando que es una prueba de movilidad provisional, que no es la peatonalización, me quito la mano del pecho. Dudo que haya almerienses, ni muchos ni pocos, que hayan creído que las pinturas constituyan la peatonalización definitiva. El incomprendido Paseo lo es por dos cuestiones simples. Una de carácter estético, -la idea, las antiguas baldosas hidráulicas era excelente, pero la ejecución de pintura de zona azul y vado es, cuanto menos, cateta- , y otra, porque el sendero saludable, como ha ocurrido en otras ciudades, no se ha utilizado, pese a haber tenido mejor gusto. El argumento del estudio de movilidad para una posterior peatonalización cojea por el doble momento. Agosto y la pandemia podrían falsear los datos de tráfico.

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