Idealismo y garbanzos

¿Qué haría Don Quijote? Lo sabemos. En este encontronazo creo que van a salir perdiendo los ideales

Afin de cuentas siempre se impone la realidad. Jugarse todo lo que se es y lo que se tiene en aras de un ideal es un modo de ser que posiblemente feneció con D.Quijote. Él sí fue capaz de dejarlo todo pensando que sobre sus espaldas recae la responsabilidad de enderezar entuertos y arreglar desaguisados. Pero no conocemos muchas más figuras con esa generosidad. Por eso no nos extraña que juguemos a ser generosos cuando algo no nos afecta, y que reculemos cuando notamos que nuestros intereses se ven mermados. Creo que esto explica el ultranacionalismo no exento de racismo y xenofobia que estamos viviendo en los países nórdicos,últimamente Suecia, otrora modelo de acogimiento y tolerancia con culturas y religiones diferentes. Ven amenazados sus intereses y comienzan a sentir la necesidad de no admitir más inmigrantes y de hacer retornar a muchos de los que ya han llegado, y para eso dificultan la concesión de la residencia. Claro que, al mismo tiempo, y desde las instituciones europeas, critican algunos comportamientos de los gobiernos españoles respecto a los emigrantes, cosa sorprendente aun cuando esas decisiones sean criticables. Pero se trata de un modo de proceder que no nos resulta extraño. También en nuestro país vivimos situaciones similares. Insuflado el ánimo por el ideal de negarse a ofrecer colaboración a las naciones que están masacrando poblaciones civiles so color de conflicto bélico, se toma la decisión, plausible desde muchos puntos de vista, de negarse a cumplir un contrato con Arabia Saudí consistente en la venta de bombas de precisión (que, y hablo de oídas, no hemos fabricado). Se aplaude en principio la idea. Se trata de una decisión filantrópica. En un mundo en el que los hechos sean independientes, posiblemente todo quedaría en un aplauso merecido. Pero resulta que se entrometen los garbanzos. Si no me vendes las bombas no te compro los barcos. Y si no te compro los barcos tus trabajadores se quedan sin faena. Y si no hay faena, no hay garbanzos. O bombas o trabajo, y hay que escoger. Hay quien dice que se trata de un falso dilema porque se pueden buscar otros trabajos. Podemos plantearlo así para mañana. Pero el dilema se refiere al presente. Aquí, y ahora, si no hay bombas no hay barcos. Para algunos priman los principios. Para otros, los garbanzos. ¿Qué haría D.Quijote? Lo sabemos. Pero en este encontronazo creo que van a salir perdiendo los ideales.

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