Igualdad institucional

No se trata de que exista o no la Monarquía o la República sino de que existan en un régimen democrático

Muchos son los argumentos que defienden la República respecto a la Monarquía y viceversa y muchas son las reminiscencias históricas que sitúan en épocas distintas a ambas y que las justifican por eso mismo, la primera en la antigüedad grecolatina y la segunda en la edad médica como preludio del estado renacentista. En uno y otro caso son sistemas políticos que conviven simultáneamente en el tiempo presente en el marco de la política europea. Precisamente por ello merecen un análisis democrático. En esa línea no voy a emitir juicio de opinión histórico sino formal y con eso pretendo decir que voy a reflexionar sobre la viabilidad de ambos en unas democracias como las que se dan en Europa. A bote pronto una democracia, entre muchas cosas, no solo implica pluralismo sino también flexibilidad, lo que puede traducirse como el acceso a las instituciones políticas por parte de la ciudadanía. Una democracia también significa igualdad institucional entre los miembros que la componen, a nivel de derechos y obligaciones. Una situación sin equiparación civil entre los miembros de una democracia no tendría mucho sentido democrático. También supone la libertad de expresión de las ideas y la posibilidad de llevarlas a las más altas instituciones. Dicho esto surge ahora el planteamiento de si una República o una Monarquía cumplen estos requisitos democráticos. Y con eso planteo el problema en términos de privilegios. ¿En algunos de estos sistemas sus miembros gozan de una excepcionalidad judicial, civil, etc? Les dejo a los lectores la respuesta. Con eso no estoy juzgando al sistema político en sí, sino su vigencia en el interior de una democracia. O dicho de otra forma no cuestiono la existencia de ambos en la actualidad sino que lo que cuestiono es si estos existen o no en régimen de igualdad institucional respecto a los demás ciudadanos. Estableciendo una conclusión no creo que se deba cuestionar o no la efectividad de ninguno de estos sistemas, su vigencia, sino que lo que se debe cuestionar es si proclaman y aplican la plena igualdad de derechos democráticos. En otras palabras, si en las Repúblicas o en las Monarquías actuales hay libre acceso de la ciudadanía a las instituciones, a los cargos, si hay igualdad de derechos, y si hay libertad de expresión. Como dije antes dejare que los lectores respondan y que lo hagan con honestidad democrática.

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