Influencia del salario mínimo

Parece claro, por tanto, que el descenso del gasto ha sido por algo más que la creación de empleo

Pues nada, que seguiremos hablando del salario mínimo un tiempo más. Aunque, por no caer en lo ya dicho en tantos sitios, quero fijarme, hoy, en otro efecto: la factura del paro. La nómina del desempleo que, en el conjunto de España, estaba en 15.300 millones en 2007 llegó a 31.680 en 2012. En Almería, que para eso es de donde escribo, en 2010 -un año un poco difícil, ciertamente- hubo una media de 76.000 parados mensuales y un gasto de 50 millones al mes. La factura se puede bajar de varias formas. La ideal: la creación de empleo que hace bajar el número de los que cobran y subir el de los que pagan. Bien, hoy tenemos de 63.000 parados y un gasto mensual de 38 millones.

Parece claro, por tanto, que el descenso del gasto ha sido por algo más que la creación de empleo. Sobre todo porque esa recuperación puede conducir, por paradójico que parezca, a un aumento del gasto. Inicialmente bajará pero al crearse, sobre todo, trabajo estos trabajadores entran y salen del paro, acaban reuniendo el período para cobrar y ahí van, en el círculo -empleo. Así que, hay otros factores en la reducción de esa factura: el paso del tiempo (menos parados cobran y los que lo hacen reciben menos porque andan por el subsidio) y los recortes de 2012. Llegamos a la actualidad. En mayo se anunció que, por primera vez desde 2007, el Estado no tendría que destinar dinero de los impuestos a pagar el paro. Bastaría con las cotizaciones. Dos meses después, el Tribunal Constitucional anuló el Real Decreto ley que computaba las rentas de toda la familia para ver si se tiene derecho al subsidio de mayores de 55. Se calculó que eso supondría un aumento del gasto en 400 millones. Puede ser más o menos (será más). El Gobierno, en su proyecto de presupuestos anuncia que la edad para acceder a ese subsidio bajará, de nuevo, a los 52 años. Calculan unos 1.400 millones más. En esto que llega la subida del salario mínimo de 735 a 900 euros. Para acceder al subsidio - y es lo que cobran dos de cada tres parados- no hay que superar rentas individuales superiores al 75% del SMI y, después, que las de la familia dividida entre los miembros que la componen no supere esa cantidad. Hoy es 551,92 euros, con el nuevo SMI serán 675euros. En una familia de tres personas, si uno de los cónyuges cobra 1.650euros, el otro -o el hijo-podría cobrar el subsidio. Ahora esa cantidad sube a 2.025EUR. Así pues, habrá muchos más beneficiarios ¿Necesitará el SEPE dinero de los impuestos, ahora que por primera vez no iba a ocurrir? Pues, es lo que hay. El bienestar cuesta y de algún sitio habrá que sacarlo.

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