Ingenio estrellado

La inevitabilidad del error, sin quererlo ni esperarlo, solo permite subsanar sus efectos después de producidos

Los fiascos, como los infortunios o los accidentes, no han de ser siempre fortuitos, imprevistos o resultantes del mal fario. Sino que el error humano, de manera involuntaria, la negligencia o el descuido explican no pocos desastres, mayores y menores, que tuercen la ilusión, el empeño, las expectativas o el bolsillo.

El martes pasado, un satélite español, al que se puso el nombre de Ingenio, fue lanzado al espacio desde la Guayana Francesa, a bordo de un cohete. Ocho minutos después de despegar, su trayectoria cambio de rumbo, por distintos fallos, hasta caer y estrellarse. Bastantes años, multiplicados por horas de trabajo, con participación de destacadas empresas aeroespaciales y una inversión pública cercana a los doscientos millones de euros quedan reducidos a chatarra, ya ni siquiera espacial, y a la desolación de los artífices del ingenio. Arianespace, la compañía comercial francesa de transporte espacial, y la Agencia Espacial Europea han anunciado la creación de una comisión de investigación para explicar las razones de los errores humanos que descalabraron la misión con el impacto del cohete en algún arrabal deshabitado o en aguas oceánicas.

Chanzas en las redes sociales aparte, el fatal desenlace del satélite Ingenio, además de privar-nos de unas fabulosas imágenes fotográficas de la cubierta terrestre, con significativas utilidades, es una metáfora de la inevitabilidad del error. Sin que resulte en modo alguno comparable la magnitud de este estropicio con las incorrecciones de las erratas, estas últimas también hacen acto de presencia en la escritura de forma, esa sí, más parecida a la de las desgracias mayores. Sin quererlo, sin esperarlo y sin posibilidad de evitar o subsanar, sino después de producidos los efectos que acarrean. Además de la relación con los errores inevitables, el mal fin de Ingenio también conlleva la mayúscula contrariedad de cuantos han participado en uno de los mayores proyectos espaciales españoles, que pretendía avanzar de manera relevante en aspectos como la cartografía, la vigilancia del uso del suelo, el control de las cosechas, el desarrollo urbano, la gestión del agua terrestre o el seguimiento de emergencias como inundaciones, grandes incendios o terremotos. Por eso, también, la necesidad de superación y de recuperar expectativas.

Sin que se olvide que la inevitabilidad del error se alivia, bien leída la letra pequeña, con un seguro a todo riesgo

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